Reflexión Luna Llena del 28 de febrero 2010

Por Zidika

Luna Llena de Piscis

"Abandono el hogar de mi padre y, retornando, salvo"

Hoy en día, muchas personas son prisioneras de los tres planos y buscan satisfacer sus deseos físicos, emocionales y mentales. Esto forma parte de la evolución y responde a la construcción de la personalidad. Pero llega un momento en que existe una insatisfacción real, un estado de carencia en el cual ninguna de nuestras riquezas consigue colmar este vacío siempre presente El hombre quiere «recibir» del interior a fin de transformarse para gozar de esta plenitud que presiente y no tomar y poseer; insensiblemente, pasa del tener al ser y lo vemos bien a nivel de la publicidad, reflejo de nuestras sociedades, donde aparece un nuevo vocabulario: natural, auténtico, claridad, cualidad, sentido, responsable, simplicidad, zen... son otras tantas, palabras que traducen tímidamente una aspiración a otro sistema de valores. 
Progresivamente la personalidad será dominada, integrada, alineada y se establecerá una relación viviente entre los tres cuerpos pero eso sólo cobrará todo su sentido si la personalidad, así liberada de la servidumbre, se pone al servicio de la humanidad. Los dos últimos signos del Zodiaco, Acuario y Piscis permiten esta consagración espiritual al servicio, habiendo sido redimido y trascendido.Cristo es llamado, por los Padres de la Iglesia, Piscis, pues hace 2000 años en Palestina, nuestro sol entraba en el signo del Salvador del Mundo que muestra el Camino y ayuda a la redención. "Jesús" en la lengua hebraica, quiere decir Salvador pero en la lengua griega significa médico pues es el médico de los cuerpos y de las almas así como el terapeuta del espíritu. Jesús es el Cristo, Salvador de los hombres pues nos curó de todos nuestros males que tienen su raíz en el único pecado que es apartarse de Dios y centrarse en sí mismo. 
En la era de Acuario caracterizada por el trabajo de grupo y la conciencia grupal, una salvación Colectiva y no individual es la que debe ser emprendida y es un grupo el que tendrá la responsabilidad de ayudar a la unidad del ser, reajustando el hombre a Dios.

Las energías cualificadas de Piscis, cuando son recibidas con apertura y gratitud, nos preparan para una gran limpieza; es el período de la Cuaresma: trabajo de purificación, de desapego y de renuncia que libera el canal de todas las escorias volviéndolo límpido, claro y silencioso. Para los Católicos y los Ortodoxos, es un tiempo de penitencia tanto en el plano físico como en planos más sutiles que deben ser "aligerados" o transmutados.
Este trabajo de purificación a nivel del individuo o de la humanidad produce a menudo crisis saludables. Las energías de Plutón relacionadas con el signo nos permiten romper lo que está caducado, cristalizado y antiguo. Sólo podemos despertar a otro estado de conciencia si aceptamos morir a las formas de todas clases que nos retienen prisioneros; renunciar a lo conocido y a cierta seguridad para resucitar a lo nuevo más rico en potencialidades y enseñanzas y aquí la energía de Piscis nos permite comprender mejor a qué debe morir cada uno para renacer a un estado más fluido, vibrante e inclusivo donde puede despertarse la intuición. 

La naturaleza misma nos enseña la sabiduría de los ciclos y del ritmo pues en la primavera, podemos admirar la explosión de la vida en el seno de la vegetación después del letargo del invierno. La sabia sube y permite a la creación expresarse en formas renovadas sin cesar. Del mismo modo las energías del centro solar serán transmutadas y elevadas hacia el corazón transformando el egoísmo en altruismo divino manifestándose en servicio de grupo. Seremos ayudados en este trabajo por la energía de amor Crística, muy presente en este período, que nos induce siempre a morir a nosotros mismos para experimentar a los demás y finalmente "disolver su vida en la infinitud de Dios..." (Swami Ramdas).
Igualmente el hombre, en el acto creador, experimenta un continuo proceso de apego desapego; tanto en el sentido de la encarnación con la idea del proyecto, su construcción, realización y vida propia que en el sentido inverso: final, separación y muerte en que la forma desaparece habiendo permitido a la conciencia elevarse más. Esta comprensión es la que debemos desarrollar en el acto de servicio pues produce un verdadero trabajo desinteresado que no confunde el fin con el medio.
El signo de Piscis está especialmente en relación con el atractivo del camino; la vida misma es un camino y desde nuestro nacimiento a nuestra muerte no hacemos más que viajar. ¿Es por éso que este signo rige igualmente los pies que es preferible tener firmes, bien plantados en el suelo para avanzar a pesar de la oscuridad y las numerosas pruebas? Es la primera articulación del hombre con el globo terrestre, el hombre erigido entre cielo y tierra, trazo de unión entre lo tangible y lo impalpable, que mantiene su cuerpo enraizado en la Tierra, evadiéndose su espíritu hacia el cielo.
Recordamos la gesta de Cristo que, antes de la Cena, lava los pies de sus apóstoles, y que mejor simboliza la humildad de Aquel que, aunque Maestro, se hace Servidor. Es un gesto . que purifica también a los apóstoles, llevados, por decirlo así, ante las bodas místicas a un estado de salud perfecta, un estado de "santidad". Con los pies desnudos es como debemos hollar, solos, el camino; implicando esta desnudez la renunciación psíquica y espiritual necesaria en el viaje de retorno.
En el signo doble de Piscis, el alma y la personalidad se relacionan por un trazo horizontal, vinculo o cordón de plata que las une la una a la otra en una relación funcional durante el ciclo evolutivo en el que el alma, cautiva de la forma, "va a la materia" para experimentar todos los efectos. En la rueda inversa del zodiaco, el alma se desliga cada vez más de la personalidad, provocando la muerte del ego y el despertar de la conciencia Crística; en la fase final, el hilo es cortado y el alma liberada vuelve a la tarea de Salvador del Mundo. 

Por esta razón la influencia de Piscis se hace sentir especialmente en el germen Divino encerrado en cada hombre, proporcionándole más luz y poder amoroso para expresarse y crecer. Este papel de mediador entre la forma y el espíritu es el que produce al término este reajuste final y perfecto en el que la personalidad se transforma en un instrumento coordinado al servicio del alma. 
Este estado de complementariedad luego de fusión, en el que los dos no forman más que uno, permite beber directamente en la Fuente Divina y dar de nuevo amor, luz y curación de manera siempre creciente. Así podemos despertar plenamente las cualidades en aquéllos con quienes nos relacionamos, estimular los valores superiores, aliviar las penas transmitiendo las fuerzas Celestes y decir desde el fondo del corazón: "Abandono el hogar de mi Padre y, retornando, salvo".
Con la presente Luna llena debemos estar atentos a la fuente de sabiduría que hay en nuestro interior, lugar de donde sale la intuición que nos ayuda a resolver los problemas cotidianos. Será buen momento para escuchar el mensaje de nuestro corazón, de intentar entenderlo, porque en esta fase de la Luna, las energías del cosmos nos ayudan a ver las cosas más claras y unificadas. 
Pero si no somos capaces de entender nuestro interior, nos resultará difícil escuchar el mensaje del Ego y mantendremos nuestra existencia basada en lo habitual, en lo que ya conocemos emocional o mentalmente, porque seguimos buscando la seguridad en lo creemos conocer de nosotros y del entorno ilusorio. Los nuevos estados de comprensión o de Luz apartan la confusión y el error, abriendo el corazón para percibir una realidad más cercana a nuestra conciencia.
Esta luz interna que emana de nuestro interior y cuya naturaleza es de la misma fuente que emana del Padre, será la que nos ayudará a crear una mente más clara. El canal energético llega a todos los hombres para ayudarnos a comprender, pero puede darse que, en un momento determinado de nuestro camino, nos paremos porque hemos reconocido una primera verdad como algo que nos era necesario. Pero, si en esta parada nos cogemos a esa verdad que hemos comprendido como algo único, entonces bloquearemos o cortaremos ese canal energético impidiendo que nuevas verdades lleguen a nuestro alcance.

Las elevadas vibraciones atraen material más sublime y receptivo para que el pensamiento de orden superior se establezca en nosotros, pero ese pensamiento requiere que lo llevemos a la práctica en nuestra vida diaria. Las ideas de altruismo, de amor universal, de amistad y de fraternidad tomarán gran arraigo en nuestra personalidad si somos vivos ejemplos de ello. Muchas veces, lo que tenemos sobre la fraternidad o el amor son pensamientos y no hechos. 


Por ejemplo: cuando tenemos que compartir con otros algo que apreciamos, aunque solo sea un ratito, temblamos como niños asustados y nos planteamos otra vez si la idea de Fraternidad o de Amor es realmente ventajosa. Si aceptamos, estaremos trabajando en algunos aspectos de la era de Acuario para crear en un futuro una nueva relación entre los humanos, que son la base para una nueva sociedad. 
Pero, si lo rechazamos, estaremos manteniendo la idea de separación, ya que necesitamos más experiencias individuales que nos ayuden a conocernos y así llegar a comprender la Gran Obra o el Plan de Divino en el que todos, desde nuestra individualidad, trataremos de ser Uno.
Esta nueva toma de conciencia nos hará descubrir auténticos tesoros espirituales que siempre han estado ocultos en nuestro interior y que hemos ignorado, ya que nuestra atención estaba en la búsqueda a través de la personalidad ilusoria de falsos conceptos de la felicidad.
La voluntad del Ego no debe de encontrar obstáculos en la personalidad emocional ni mental, por lo que la colaboración o la fusión de las mismas es necesaria. Por esa razón, durante el proceso de meditación o reflexión, el pensamiento iluminado por el Amor-Sabiduría nos proporcionará otros códigos de comportamiento que llegarán para ayudarnos a abandonar los patrones erróneos o la consciencia colectiva de seguir dividiendo en grupos lo que debe ser unido.
Estos nuevos códigos de comportamiento actuarán educando nuevamente a los sentimientos y a la mente para que éstas sean más receptivas a la voluntad del Ego. Por lo que, deberíamos observar si nuestros actos cotidianos y nuestro comportamiento son el fiel reflejo de unos mejores valores o de la mencionada separatividad.
Fuente:
* Este texto se escribió para la Luna de Piscis en Febrero de 2002, por uno de los miembros del Grupo del Centro de Ginebra. Enviado por Toñy Polo.