Marcos Villapún · Vitoria
Hoy es mi primer día, toca empezar una nueva aventura, la aventura de los Arkitiriteros.
Me acabo de sentar frente al ordenador, como cada mañana, pero hoy hay algo diferente en el ambiente, hoy toca formar parte de esta pequeña gran familia. Como esta será la primera de muchas, me planteaba la idea de reflexionar en torno a muchas cosas, lo primero porque a los arkitiriteros nos gusta coquetear con muchas disciplinas; y lo segundo, porque no tenía muy claro sobre que disertar en mi primera vez.
Así que una vez pasada la fase de angustia, la del miedo al papel en blanco, he decidido acudir a un tópico para intentar no desentonar demasiado. Ya tendré tiempo de divagar más adelante.
No hace más de un mes, a lo sumo dos, hojeando el semanal del país, leí un artículo que centró toda mi atención y el cual hace que hoy escriba todo esto. El artículo venía firmado por Clara Blanchar y hacía referencia a las atrocidades urbanísticas que se han cometido en nuestro país en los últimos años. Habla de urbanizaciones des-urbanizadas, de las altas pretensiones de políticos sin escrúpulos que ideaban ciudades que no lo eran, pero que engordaban sustanciosamente las carteras de aquellos que en ellas participaban. El artículo en sí, se hacía llamar “Cicatrices de ladrillo” y no deja de ser un inventario de todas las urbanizaciones abandonadas que se encuentran esparcidas por toda nuestra geografía.
Este inventario recoge atrocidades varias, y tal fue el interés que suscitó en mi, que en poco más de dos días, ya tenía en mi poder un ejemplar del libro de Julia Schulz-Dornburg “RUINAS MODERNAS Una topografía de lucro”, que viene a ser el catálogo casi completo de estas semi-ciudades, con datos objetivos y responsabilidades del necro-urbanismo de este país en los últimos años.
Es cierto que la burbuja ha estallado, que el ladrillo está en crisis, que por más que intentemos solucionarlo, hemos tomado un camino sin salida. Nos encontramos al final del mismo, y ahora ¿tenemos alguna opción? Nosotros como arquitectos hemos de reflexionar, hemos de dar respuesta a este legado. Sabemos como arquitectos y urbanistas que no hemos sido profesionales, que nos hemos dejado llevar por políticos deshumanizados que han hecho lo que han querido, sin dudar a cerca de lo que estaban haciendo.
Por poner un pequeño ejemplo de los muchos que existen: “Trampolín Hills Golf Resort” en el municipio de Campos del Río (Murcia). Este municipio de apenas 2.226 habitantes, proyectó unas 2.573 viviendas para un total de unos 10.200 habitantes en terrenos recalificados. El proyecto se inició en 2004, y en 2009, la empresa responsable es declarada en concurso de acreedores. En 2010, una sentencia judicial remite los terrenos del proyecto a su condición de rústico, dejando los mismos en el estado que reflejan las imágenes.
Los tejidos urbanos se desarrollan y evolucionan dentro de un ciclo de vida y muerte. Podemos entender por tanto, que algunas de sus partes dejan de ser útiles. Es entonces cuando aparece el desuso, el abandono y, a la postre, la degradación. Los ejemplos forman parte del paisaje habitual. El daño está hecho, parece a priori irreversible. Ahora la pelota está en nuestro tejado, somos nosotros quienes debemos asumir la responsabilidad de dar alternativas reales a esta situación. Podremos revisar los cadáveres dentro de unos años, y tal vez sigamos sin encontrar una solución. Pero lo que es necesario, sin duda alguna, es tomar parte de esta situación. ¿Qué podemos hacer con todo esto? ¿Seremos capaces de devolver aquello que no era nuestro? ¿En qué condiciones? ¿A qué precio?
* imágenes "RUINAS MODERNAS una topografía de lucro" Julia Schulz-Dornburg
Si quereís ver más atrocidades de nuestros pequeños gobernantes: http://www.despilfarropublico.com/