Written by valedeoro // 18/10/2013 // minimalismo // No comments
Lo atemporal y lo actual: cuestión de calidad y uso
Puedo clasificar mis pertenencias en dos categorías: lo atemporal que nunca pasa de moda y lo tecnológico que requiere actualizaciones regulares. El rendimiento de los ordenadores o teléfonos móviles y la longevidad de sus baterías se duplica cada dos años, así que tiene sentido renovarlos de vez en cuando. Eso no lo puedo decir de una tetera ni tampoco de un compromiso, dónde lo deseable es que duren toda una vida.
Esas dos categorías definen mi relación con las cosas. Si es de tecnología quiero que sea avanzado en el momento de la compra para que me dure el máximo posible. Cuando ya no funciona (porque ya no se puede actualizar el software, o porque la batería no se puede cambiar) estoy dispuesta a cambiarlo si realmente hace falta. Todo lo demás tiene que ser de altísima calidad y de buen diseño: quiero que dure y quiero que me siga gustando a pesar de los cambios de lo que es moderno en cada momento. Ya me lo actualizaré con pequeños detalles cuando haga falta (como mi Mac, que ahora luce un cuadro de mi pintor favorito).
Prioridad, calidad e imagen
Todo resumido, compro poco y de calidad. No veo utilidad en cazar ropa, complementos y accesorios porque sí. Cuando necesito algo, empiezo a investigar alternativas, ideas, soluciones que encajen con mis prioridades: que sea atemporal, pero que combine conmigo. Que tenga un impacto medioambiental y social reducido. Y que me quede de maravilla. Así que lo que tenga proviene de diferentes fuentes: tiendas del barrio, intercambios de ropa, mercadillos, tiendas online. Eso va tanto para la ropa como para complementos de casa. No veo contradicción entre mezclar marcas caras con prendas de segunda mano. Lo importante es que sea de calidad y que me dure. No me hace falta renovarlo todo cada 3 meses por la dictadura que impone la publicidad.
Del Qué-Dirán
Lo definitivo del Qué Dirán es que siempre dirán algo. Si decides seguir como siempre, alguien te criticará. Si cambias, igual habrá alguien que te critique. La cuestión es si realmente quieres vivir tu vida en función de lo que dicen los demás. Creo que te mereces algo mejor, algo que encaje contigo. Te mereces calidad en lo que entra en tu vida, ya sean cosas físicas, relaciones o actividades. No te conformas con menos.
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