Sin embargo, mi último flechazo - también en los Países Bajos -, apenas cumple esta característica. Más bien al contrario, sus nuevos propietarios han transformado completamente el espacio y, si no fuera porque la planta es inconfundible, una vez dentro... ¿adivinariais que estáis en una iglesia?
Para sus propietarios restaurar esta casa fue todo un desafío no sólo en lo que al espacio se refiere - imaginad esos techos altísimos - sino también por los recuerdos que llevaba asociados. Un espacio construido para el recogimiento y la oración debía dar paso al hogar familiar de una pareja joven con un bebé recién nacido.
El blanco, sabiamente combinado con tonos pastel - sobre todo rosa y mint -, marrones, grises y pequeñas pinceladas de turquesa, junto a la medida utilización de papeles pintados, consiguen el efecto final deseado, haciéndonos olvidar la antigua iglesia, y llenando la casa de esa dulzura que sus nuevos residentes buscaban. Pasen y vean...
Fotos @ Klikk.no
¿Qué os parece la reforma? ¿Os atreverías con un edificio tan emblemático? Y en caso de hacerlo... ¿hubierais recuperado más elementos de la antigua iglesia o habrías optado por la misma opción que sus propietarios?
¡¡Feliz fin de semana!!