En el momento de plantearnos la reforma de la farmacia debemos valorar los procesos y procedimientos muy objetivamente, en función del entorno y la tipología de la clientela, así como la estrategia de negocio. Es momento de implementar una adecuada imagen y comunicación, apoyándose en la señalética e integrar dicha reforma como una variable competitiva.
Debemos evitar la solución fácil, aunque existan recursos, del lujo excesivo o ostentoso, en los tiempos actuales de desaceleración económica, y hay que centrarse en materiales funcionales y adecuados para las necesidades reales de la farmacia.
Es un privilegio para la farmacia española que hayan surgido estas modernas empresas, que han conseguido, con una visión global, aunar estos principios.