Muchas veces en las entrevistas nos han preguntado "cuál es nuestro estilo" y bueno, aunque ya todos sabéis que somos de líneas sencillas y no recargadas, de estilo nórdico, y de una buena base blanca pero con toques que aporten calidez, no nos gusta NADA encasillarnos demasiado. Pensamos que cada proyecto es una oportunidad para evolucionar, desarrollar diferentes aspectos o estilos (aunque sea con pequeños detalles) y sobre todo, adaptarnos a las necesidades de cada cliente, entorno y circunstancias.
No es que seamos eclécticas 100%, pero eso de coger lo mejor de cada estilo y crear ambientes únicos y personalizados según el cliente, es lo que más nos gusta y lo que más disfrutamos.
En la reforma que os traemos hoy, se trataba de darle un cambio de aire a un comedor de un chalet en Valencia. El comedor en cuestión era amplio y conectaba con la cocina, pero se había quedado desfasado con los años. La gama cromática que nos encontramos lo hacía demasiado apagado (¡y eso que tenía un ventanal enorme!), y el mobiliario resultaba demasiado "pesado" visualmente hablando.
Los clientes nos llamaron para darle un cambio de look, actual y renovado, pero al mismo tiempo sofisticado, elegante, luminoso y sobrio. También nos pidieron que la mesa continuase siendo de madera, y que las sillas fuesen tapizadas. Y bueno, ¡aquí podéis ver el cambio del antes y después!
Como veis, nos fuimos a una gama cromática de colores claros -incluso para la mesa de madera- y sólo dejamos las patas de la misma en acero corten para que se disimularan casi por completo con el suelo.
La mesa la encargamos a modo de tablones naturales de haya, donde el corte, la veta y los nudos se apreciasen bastante; estos tablones están unidos como en las construcciones típicas americanas, con travesaños de la propia madera. En directo la verdad es que resultaba preciosa y casi, casi, ¡escultórica!
Para las sillas elegimos mezclar un mismo modelo de silla -diseñada por Patricia Urquiola- pero en colores diferentes. Es una silla muy bonita pero sobre todo, súper, súper cómoda (para las laaaaaaaargas sobremesas en familia o con amigos) y por la composición del tejido, también fácil de limpiar.
Como detalles decorativos para el centro de mesa, elegimos un candelabro de diseño nórdico en cobre, y un par de jarroncitos en dos tamaños diferentes para lograr una composición sencilla, armónica y atemporal.
Y aquí os dejamos la vista hacia el lado de la cocina; como os comentábamos antes, tuvimos que lacar algunos muebles para hacerla más luminosa y para quitarle pesadez visual.
¡¡Y hasta aquí la transformación de hoy!!
En esta imagen podéis ver a Di tal cual estaba (sin maquillaje, ni retoques, ni photoshop, ni nada de nada), el último día de montaje (a falta de colgar la composición de cuadros), con carita de cansancio pero muy, muy contenta por el resultado.
¿Qué os ha parecido el cambio?
¡Que paséis un buen fin de semana y esperamos que os guste!
três
imágenes: Katia Dasí fotografía
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