Valentín Fuster, director de la Asociación Americana del Corazón, comunicó recientemente los resultados de distintas investigaciones que establecen una relación directa entre el infarto y el riesgo de padecer algún tipo de demencia. Según el experto en enfermedades cardiovasculares, problemas como el mal de Alzhéimer y la insuficiencia cardíaca casi siempre van de la mano. El descubrimiento hallado recientemente pone en evidencia la existencia de un elemento común a ambos problemas de salud: se trata de la falta de sangre en unos pequeños vasos situados en el cerebro. La razón común que explica la presencia concurrente de un infarto y de diferentes problemas como la demencia está en la enorme cantidad de diminutos vasos sanguíneos en el cerebro (hay grandes probabilidades de que estos se destruyan y lleven a sufrir un infarto y tener demencia).
Estos nuevos descubrimientos solo fueron posibles por el uso de nuevas técnicas de imagen en tiempo real, lo que permitió visualizar los vasos y canales cerebrales con un alto índice de precisión. Según el investigador de enfermedades cardiovasculares este hecho tiene una enorme importancia para la prevención de cualquiera de las dos enfermedades. Al tomar medidas preventivas contra una de las enfermedades, de hecho, se estará actuando en beneficio de la otra (se evitará la otra enfermedad).
Uno de los puntos clave para detener el avance de estas enfermedades en la población es el control de la alimentación. Las personas que sigan una alimentación saludable y tengan un régimen de ejercicio adecuado serán menos propensas a desarrollar demencia o tener un infarto. En el caso de la demencia, de todas maneras, sigue teniendo peso el factor del ejercicio intelectual como medida preventiva para el mal de Alzhéimer o de cualquier otra enfermedad asociada a trastornos cerebrales.
**Publicado en "BLOG DE FARMACIA"