Relacionan la muerte de una chica en Colombia con la vacuna del papiloma Gardasil

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Me llegan noticias horribles desde Colombia. Se trata de la muerte de una chica que sus familiares y abogados relacionan con la vacuna del virus del papiloma humano. El dolor embarga hoy a la familias de las víctimas de Gardasil, marca del fármaco producido por Sanofi Pasteur Merck, Sharp & Dophme (MSD) que está en el punto de mira.

La jovencita se llamaba Karen Durán y era de la localidad de Fusagasugá, en el departamento de Cundinamarca. Falleció el pasado viernes en el Hospital Universitario de la Samaritana y como comento su familia relaciona su muerte con la vacuna Gardasil.

Ella, antes de morir dejó grabado este vídeo para alertar a otras jóvenes sobre los riesgos de la inmunización contra el papiloma:

Hay que ser prudentes. Lo cierto es que a la familia, por desgracia, le espera un proceso largo y doloroso para determinar las causas de la muerte. Será necesario hacer un peritaje médico legal y entonces podrá intentar la familia buscar Justicia.

Pero esta muerte NO es un hecho aislado, lo que lo hace más grave si cabe. Si ha sido por la vacuna, escribámoslo así, era una muerte evitable. Es necesario contextualizar el fallecimiento en el fenómeno que se produjo al final del pasado verano en Colombia, donde más de 700 niñas y jóvenes del país latino tuvieron que ser acudir a las Urgencias de hospitales de diferentes puntos del país, la mayor parte de ellas en El Carmen de Bolívar.

El Gobierno investigó el asunto y pese a que estas investigaciones suelen llevar mucho tiempo, no tardó en llegar a una conclusión que, de manera paradójica, coincide con la que llevan difundiendo años los laboratorios fabricantes de las dos marcas de vacunas.

Para la administración colombiana y los productores de la vacuna las chicas sufrieron un fenómeno de histeria o sugestión colectivaSíndrome de Conversión también le dicen.

Es ya largo el historial de desmentidos de las distintas autoridades sanitarias sobre la vacuna del papiloma. En concreto, las primeras reacciones adversas graves surgieron en España en el año 2009, al poco de instalarse esta vacuna en el calendario español de vacunaciones recomendadas (caso que hoy está en los tribunales de Justicia, en los que el número de demandas va incrementándose).

Cuando se producen posibles daños por este medicamento los responsables de Sanidad del país que sea -Colombia, España…- niegan de manera sistemática que haya sido la vacuna.

En Colombia el pasado verano se produjo una cortina de humo para salvar al fármaco y no generar mala imagen en los sistemas de vacunaciones. Estas en parte son las consecuencias de aplicar la política del avestruz, esconder la cabeza cuando hay graves problemas sanitarios que pueden estar provocados por un producto sanitario (en este caso que se aplica a personas sanas, lo que hace el asunto más sensible).

Otros gobiernos como el de Japón han dejado de recomendar esta vacuna por los daños en chicas japonesas.

Los daños de la vacuna del papiloma no son sólo psicológicos, que también. Y para que el Gobierno de Colombia (y los demás) lo entienda, Yehuda Shoenfeld, experto en enfermedades autoinmunes de la Universidad de Tel Aviv, participó III Simposio colombiano de autoinmunidad celebrado en el país andino. Allí explicó sus razones.

Shoenfeld es el descubridor de un “nuevo” síndrome conocido como Síndrome Inflamatorio Autoinmune Provocado por Adyuvantes (ASIA por sus siglas en inglés). Los adyuvantes son potenciadores de los efectos inmunitarios de las vacunas y como veis están en el punto de mira de los investigadores de sus daños pues algunos pueden ser tóxicos, como el aluminio.

También hace poco hemos sabido que el Gobierno de Dinamarca, a través de sus responsables de farmacovigilancia, indica que existe una posible relación de causalidad entre el uso de la vacuna del virus del papiloma humano y sufrir el Síndrome de Taquicardia Ortostática Postural (POTS) que padecen algunas afectadas.

La vacuna del papiloma se ha convertido en el peor enemigo de los sistemas de vacunaciones pero los más acérrimos defensores del “orden establecido” con los mismos no sólo no reculan sino que defienden contra toda lógica y ética humana el negocio de la inmunización contra el papilomavirus.