La técnica de Jacobson es una de las más utilizadas por los terapeutas para reducir la tensión tanto física como mental. Se trata de una técnica que fue desarrollada a principios del siglo pasado por Edmund Jacobson. Esta técnica de relajación se basa en la evidencia de que el estado emocional se refleja en el nivel de respuesta muscular, habiendo una relación entre músculo, pensamiento y emociones.
La técnica de Jacobson también es idónea para tratar trastornos del sueño, puesto que permite alcanzar un estado de reposo que hace que sea más fácil poder conciliar el sueño.
En este caso, la relajación procede de un ejercicio basado en la repetición de técnicas de tensión y relajación muscular que conllevan directamente a los pensamientos optimistas, tranquilos y positivos. Así pues, es en este estado de relajación física y mental cuando la persona responde con actitud plenamente receptiva a los mensajes que recibe del exterior, pudiendo entonces aplicar la terapia psicológica más pertinente y considerablemente adecuada en cada caso para tratar de solucionar el problema, en caso de ser necesario.
La técnica de relajación muscular de Jacobson, es una manera de tratar este problema sin tener que recurrir a fármacos. Aún así, es recomendable acompañar este tratamiento de una terapia psicológica profesional para alcanzar resultados óptimos.
De este modo, los pasos que se siguen en la técnica de relajación muscular de Jacobson son los siguientes:
1. Debe iniciarse con respiraciones profundas y lentas para entrar en una primera fase de relajación.
2. Posteriormente, debe mantenerse la respiración tranquila, lenta y consciente durante un período determinado de tiempo.
3. A continuación se produce la paulatina tensión y relajación de distintos miembros del cuerpo, de modo que el paciente conozca la diferencia de sensación entre la tensión y la relajación muscular para que pueda identificarlas fácilmente en un futuro.
4. Continúa la práctica de la respiración lenta y profunda, que ya siendo interiorizada e innata tras todo el proceso realizado, ayuda a profundizar plenamente la relajación.
5. Es importante la visualización de imágenes agradables de forma guiada por el terapeuta, un ejercicio que aumenta el grado de relajación en tanto que nos libera de tensión mediante el recuerdo y evoca momentos positivos.
6. Llegados a este punto, ya se ha logrado la relajación física y mental.
Repetir este proceso en diferentes sesiones y prolongarlo a lo largo del tiempo, es importante para conseguir alcanzar un estado de relajación. Con la práctica sistémica de este ejercicio, el paciente cada vez necesitará menos tiempo para relajar ciertos grupos musculares. Dependiendo del estado de estrés en el que se encuentre, variará el tiempo de práctica y la incidencia sobre determinados músculos.