Relajarse a través de la respiración

Por Blogdefarmacia.com

La respiración es algo tan natural, que suele ser una acción mecánica que realizamos de forma inconsciente. Sin embargo, la respiración permite uno de los intercambios vitales entre el organismo y el entorno exterior. Hacerse conscientes de la respiración a través de una serie de ejercicios de relajación, termina procurando un profundo bienestar personal.

Si pensamos en la respiración como el medio para aportar oxígeno al organismo, es bueno recordar entonces que el cuerpo evacua gas carbónico y comparte así con su entorno una relación profundamente estrecha.

Bajo el efecto de cierta emoción fuerte, o de tensiones físicas y mentales, podemos llegar a bloquear la respiración. De este modo, podemos tener la respiración cortada por la sorpresa o el dolor, por el miedo o el estrés, bloqueando el abdomen, y dificultando el trabajo natural del diafragma. Si no prestamos atención, nuestra respiración puede verse perjudicada y las tensiones comienzan a aparecer.

Para una relajación de base, esta es la postura correcta: posición de sentados, la espalda derecha, las manos sobre las rodillas, el mentón derecho, y el vientre relajado. Tomad conciencia de la relajación que nos va invadiendo. Podéis colocar una mano sobre el vientre para sentir el movimiento que se produce durante la respiración. Cuando inspiráis, se hincha; cuando expiráis, de deshincha. El diafragma sube con la inspiración y desciende con la expiración.

La relajación del abdomen puede practicarse en posición fetal. Poneos de rodillas y sentaos sobre los talones. Inclinaos hacia adelante, hasta que la frente toque el suelo. Los brazos deben estar estirados a lo largo del cuerpo y sin ataduras, las palmas hacia arriba. Sentid el vientre y la caja torácica inflarse y desinflarse contra vuestros muslos.

Para relajar el nudo que se forma a nivel del plexo solar, estiraos sobre el suelo, con las rodillas plegadas. Inspirad profundamente por la nariz y expirad profundamente por la boca. Realizad una retención al final de cada expiración. Meted hacia adentro el diafragma, y hacia la parte de arriba, y después relajaos en el momento de la inspiración.