Eran la generación más preparada de la historia. Surgida de las cenizas de mil guerras y desastres. Disfrutaban de un nivel de educación y bienestar envidiable. Pero no eran felices. No podían serlo. El nivel de autoexigencia que habían depositado en ellos les hacía muy difícil el disfrute de la vida. Iban de vacaciones al Sur y se extrañaban de que pese a su pobreza allí pudieran vivir sonriendo. No lo entendían. Regresaban al Norte a sus trabajos anhelando esa luz, esa forma de vida mas lenta y menos productiva. Ocurrió de repente, una serie de accidentes en diversas localidades puso de manifiesto que la salud mental de los más preparados se estaba resquebrajando. En todos los casos se evidenció una gran presión interna que no pudieron resistir. Las instituciones intervinieron y dado que no era posible importar los intangibles que la nación necesitaba favorecieron estancias en el Sur que, como nos dicen los libros de historia, terminaron por transformar dicha región.
Eran la generación más preparada de la historia. Surgida de las cenizas de mil guerras y desastres. Disfrutaban de un nivel de educación y bienestar envidiable. Pero no eran felices. No podían serlo. El nivel de autoexigencia que habían depositado en ellos les hacía muy difícil el disfrute de la vida. Iban de vacaciones al Sur y se extrañaban de que pese a su pobreza allí pudieran vivir sonriendo. No lo entendían. Regresaban al Norte a sus trabajos anhelando esa luz, esa forma de vida mas lenta y menos productiva. Ocurrió de repente, una serie de accidentes en diversas localidades puso de manifiesto que la salud mental de los más preparados se estaba resquebrajando. En todos los casos se evidenció una gran presión interna que no pudieron resistir. Las instituciones intervinieron y dado que no era posible importar los intangibles que la nación necesitaba favorecieron estancias en el Sur que, como nos dicen los libros de historia, terminaron por transformar dicha región.