Semana 50
Caucásico / Libro
Eelynn Cuellar
Santa Claus Me Robó
Con los ojos cerrados tanteo sobre la mesita de noche para contestar el teléfono y mis dedos no lo localizan. Con pesar abro los ojos para silenciarlo, la música que parece taladrarme la cabeza que está a punto de estallarme.
No reconozco el lugar donde me encuentro, ni tengo idea de cómo llegué aquí o si lo hice acompañada, pero al ver mi desnudez cubierta con una sábana blanca, me da la respuesta que necesitaba.
Me enredo en la sabana y comienzo a buscar como loca mi bolso. Grandísimo hijo de pu... Me han robado y botado en quién sabe qué lugar, a estás alturas debería dar las gracias que no me han sacado un riñón. Después de revolver toda la habitación, y encontrar la mayoría de mis prendas me visto y salgo con la cabeza alta del lugar, solo espero que la cuenta esté cubierta.
Sin pensarlo mucho fui directo a la comandancia a levantar un acta. Se que mi vestimenta no es la más adecuada, pero entre más rápido solucione está situación será mejor.
El agente está dormido con un libro en sus manos.
—Buenos días, quiero levantar una denuncia.
Carraspeó para que despierte. Con cara de pocos amigos lo cierra y se acomoda en su lugar.
—¿Todos los detalles que nos pueda proporcionar serán de gran ayuda señorita?
La verdad es que no recuerdo mucho, solo pequeñas cosas que no sé si puedan servir en realidad.
—Fue Santa Claus —la mirada que me dedican no tiene precio—, no ese que uno espera en Navidad, él... Él, ha de medir algo así —indico con la mano—, ojos azules... No, verdes... No, definitivamente azules, si, si, si, azules. Cabello castaño corto... ¿O era rubio?, Un abdomen de infarto y un...
—No lo diga, —me interrumpe—, podemos imaginarlo. ¿Algo más?
—Estaba usando un traje de Santa Claus, ya sabe pantalón y saco rojo con bordes blancos, botas negras...
—Un trineo y enorme saco —alguien detrás de mí susurra y volteo para enfrentar al autor de ese chiste.
—¿Algo más por agregar? ¿Qué pertenencias le ha sustraído?
—Mi bolso, dónde está mi cartera con las tarjetas, mi móvil...
—¿Ese que trae en la mano?
Me quiero morir...
—Si, este.
—Así que en pocas palabras, es un hombre caucásico vestido de Santa Claus, ¿Es correcto?
Asiento.
—Y entre las cosas que le robó, está el celular que tiene en la mano, su bolso y su automóvil.
Vuelvo a asentir.
—Acompáñeme— me indica con la mano.
Entramos a los separos y para mí sorpresa, las celdas estaban llenas de Santas.
—Escoja el que más le guste... Digo, ¿puede reconocerlo?
Escucho risas a mi espalda.
Después de varios minutos observando, no está aquí.
—Bueno señorita, tenemos sus datos y la acta ha sido levantada, en cuanto sepamos algo nos comunicaremos con usted.
De mal humor salgo del lugar y subo a mi automóvil, en cuanto lo enciendo, me doy cuenta que mi bolso está en el asiento de copiloto y comenzó a darme pequeños golpes en la frente.
—¡Ahhhhhh!
Grito frustrada.
Reviso el contenido y no me falta nada. Sí, definitivamente estaban adulteradas las bebidas, no hay otra explicación. Ahora seré el hazme reír en cuanto regrese para que borren mi denuncia... Definitivamente no vuelvo a tomar como lo hice anoche.