Me gusta el concepto de fragilidad, en mi negocio es básico. Mientras más frágiles se sientan más venderé, mientras más venda mejor me irá. Tantos años de estudio, preparación y esfuerzos merecen ser coronados con el éxito.
De momento seguiremos desarrollando las líneas estratégicas actuales. Dos productos me-too parecidos a los que ya existen en el mercado y cuya mínima aportación de ventajas para un pequeño segmento de pacientes justificará un precio 24 veces superior a la molécula actual. Nuestra potente red de ventas y publicidad nos ayudará, la estrategia intensiva sobre los médicos también y este año ensayaremos nuevas formas para llegar a los pacientes a través de sus asociaciones que financiaremos y con publicidad encubierta en internet. Eso sí me da rabia, deberían dejarnos libres en internet para acceder a los pacientes, ¿acaso no tienen derecho a recibir la mejor información sobre nuestros productos? yo si fuera paciente me gustaría recibirla. Afortunadamente no lo soy, y cuando lo sea ya tengo preparado un buen seguro médico con la clínica de Pamplona, me ofrecen hasta chequeos gratuitos con TAC de cuerpo entero, me encanta esa promoción, mi cuñado se hizo uno el verano pasado y le descubrieron una piedra en la vesícula, figúrense, él sin enterarse.
En fin, dejo mi libreta de notas por hoy. Tan solo apuntar que estaría bien tratar de desarrollar aquel proyecto sobre la pérdida de deseo femenino. Si la molécula funcionase me podría retirar para siempre. Lastima que no haya manera de corregir ese efecto secundario tan molesto que cubre a las mujeres de un espeso vello negro. Hablaré con Fernández, debe de haber una forma de superar ese escollo con publicidad.
Dedicado a los maestros Rafa Bravo y Enrique Gavilán, imprescindibles para el desarrollo de mis funciones como médico.