Cuando encontré esta lata me pareció un tesoro, alguien la había utilizado como costurero y estaba llena de trocitos de tela y lentejuelas, que también guardé, claro.Lo que me hizo pensar en un reloj fue el dibujo de la tapa que como veis la divide en doce partes iguales. Para marcar los números utilicé botones, un pequeño homenaje a la costurera que la conservó tantos años.