"El Gran Premio de Hungría está en total contraste con los grandes premios anteriores. Es un circuito muy lento, en el que sólo el 55% de la vuelta se toma con el acelerador a fondo en relación con el 65-70% de las últimas carreras. Se espera que la velocidad media ronde los 180 k/h, tomándose cada curva entre segunda y cuarta marcha. Por tanto, no es particularmente sensible a la energía y el ICE lo tendrá relativamente fácil en esta carrera. Por estas razones, nos concentramos en una entrega de la unidad de potencia más manejable en lugar de mirar a la velocidad máxima. En la era V8 era una práctica habitual utilizar una unidad en su tercera carrera y el mismo principio se aplicará este año, ya que utilizaremos ICE V6 en una de las últimas carreras de su vida, si es posible".
A pesar de todo, el responsable de operaciones en pista de Renault ha señalado que tanto el turbo como el MGU-H y el MGU-K se someterán a un funcionamiento constante, dadas las características del circuito. Esta es la razón por la que se recurrirá a componentes que todavía se encuentren en su primera parte de vida.
"El turbo, MGU-H y MGU-K será altamente solicitados, no obstante, ya que la facilidad de conducción es crucial para minimizar el tiempo de vuelta debido a la gran cantidad de vueltas a baja velocidad. Las zonas de fuertes frenadas proporcionarán al MGU-K la oportunidad de recuperar la energía. El sector dos, la parte más revirada de la pista, es la principal oportunidad para hacerlo, ya que los coches negocian las curvas principalmente en tercera velocidad, con una velocidad máxima no mayor a los 245 k/h en un momento dado. Las pequeñas ráfagas de potencia entre las curvas darán igualmente la oportunidad a la H para recuperar la energía térmica de los gases del escape. Sin embargo, estos períodos intensos serán extremadamente implacables en la parte interna y quizás utilicemos una parte en la primera fase de su vida para dar un mejor rendimiento y fiabilidad".
De entre estos tres elementos, el turbo será el que adquiera más protagonismo, según ha explicado el galo, ya que deberá de responder constantemente a las exigencias del piloto para proporcionar a este el rendimiento deseado.
"De todas las carreras de la primera parte de la temporada, esta es en la que el turbo será más obvio. El conductor está constantemente dando y quitando potencia, teniendo un turbo que puede notarse de forma instantánea con una potencia precisa que reduzca en gran medida el tiempo por vuelta, mejorando la facilidad de conducción".
Así pues, Taffin ha concluido afirmando que la prueba húngara no será un paseo antes de marcharse de vacaciones.
"En general, el Hungaroring puede ser una pista lenta, pero definitivamente, ¡no es un lugar fácil para terminar la primera parte del año!", concluyó.