El domingo el Papa en el penúltimo ángelus dominical dijo que la Iglesia, que es madre y maestra, llama a todos sus miembros a renovarse y a renegar del orgullo y del egoísmo y vivir en el amor. También exhortó a los fieles a no instrumentalizar a Dios para sus propios beneficios, "dando más importancia al éxito y a los bienes materiales" que a Él.
El Papa ha dado en la clave de lo que está descomponiendo esta sociedad y el mundo entero: El egoísmo, la instrumentalización de las personas y hasta de Dios, con el fin de conseguir nuestros propios intereses materiales.
Que esto lo hagan las personas que dicen no creer en nada puede ser hasta cierto punto comprensible pero que las personas que se dicen creyentes vivan esta doble vida es lo que verdaderamente está acabando con todo.
De nada sirve cumplir una serie de rituales para mantener tranquila la conciencia, en el fondo no podemos estar tranquilos si hemos sustituido a Dios por otros dioses. Cada uno debería intentar descubrir a que dioses está adorando.
Tantas caras tristes en las iglesias significa algo. Al final el cuerpo habla. No podemos engañarnos más. No podemos engañar al Espíritu Santo.
Ha llegado la hora de enfrentarnos con la VERDAD.
La VERDAD nos hará libres. Mientras tanto seremos esclavos de nuestra tibieza y mediocridad.