Protege de las agresiones del frío (en invierno las manos se resecan y estropean muchísimo) y del sol (tiene factor de protección SPF15), hidrata, repara y suaviza las manos y las cutículas de las uñas, y gracias a su fórmula rica en Q10 ayuda a atenuar las arrugas y preservar su juventud. Además del alto contenido en agua de rosa de Bulgaria, su fórmula también incluye un ingrediente de origen natural, el Nutgrass o Cyperus Rotundus, un inhibidor natural de la melanina que atenúa las manchas y aclara la piel de forma natural. ¿Qué más se puede pedir a una crema para las manos?
No es nada graso (no soporto las cremas que dejan las manos pringosas), y su aroma a rosa natural es una verdadera delicia para los sentidos. (En aromaterapia, la rosa tiene una acción calmante y de relajación).
Pero eso no es todo. Además de utilizarlo para las manos, es una magnifica crema de tratamiento para las zonas más secas de la piel como codos, rodillas, escote, pies y lo último que he descubierto es que funciona de maravilla para los labios y sus comisuras. Sí, para los labios. Los días que he salido a correr, debido al intenso frío, mis manos, cara y labios se han resentido mucho. A pesar de utilizar crema de cacao para labios, éstos no acababan de quedar lo suficientemente hidratados. Después de aplicarme el reparador con rosa de Bulgaria en las manos, se me ocurrió la brillante idea de utilizarlo en mis labios (en la parte externa de los mismos, yendo con cuidado para no “comerme” la crema, claro), mediante una generosa capa de crema aplicada con un buen masaje circular. Y voilá!!! Ha funcionado. Mis labios han recuperado su hidratación, quedando carnosos y sin esas pequeñas boqueras producidas por el frío y la deshidratación.
Con éste, ya son tres musts en mi tocador, el hidra-gel, la crema Q10 y el reparador de manos con rosa de Bulgaria. Tres texturas diferentes, para dar solución a tres problemas en la piel, también diferentes!!!
Besos desde mi blog!!!