En el paseo por el Londres de los libros, una parada imprescindible es el Museo de Sherlock Holmes, que abrió sus puertas en 1990 y está dirigido por la Asociación Internacional de Sherlock Holmes, una organización sin ánimo de lucro. El museo se halla ubicado, cómo no, en la calle Baker 221b, dirección en la que, según Conan Doyle, vivieron Holmes y su ayudante Watson entre 1881 y 1904. Aunque en realidad, el edificio corresponde al número 239 y utiliza el que aparece en las obras del detective gracias a un permiso especial de la Ciudad de Westminster.
En la puerta de la derecha del edificio se halla la tienda del museo, en la que se puede comprar la entrada (6 libras adultos y 4 niños de menos de 16 años), que incluye un folleto informativo impreso en una amplia variedad de idiomas, español incluído. Además se pueden encontrar todo tipo de artículos relacionados con el detective: libros, películas, camisetas, tazas, bolígrafos, ositos de peluche, pipas, boinas... ¡sin olvidar las tarjetas de visita gratuitas! No obstante, una recomendación para los lectores del idioma inglés es una recopilación de todas las obras de Holmes, que por tan solo 15 libras, cuenta con las ilustraciones originales de la revista Strand, en la que se publicaron las historias cortas del detective desde 1981 hasta 1927.
Estudio de Watson y Holmes.
Tras satisfacer la curiosidad y darle un posible meneo al bolsillo, hay que, o bien acceder al museo a través de una puerta lateral, o bien salir de nuevo a la calle para entrar por la puerta de la izquierda, esa que custodia un amable policía vestido de época. Diecisiete escalones después se encuentra en el primer piso, mirando hacia la calle, el estudio que compartían Holmes y Watson. Según las descripciones del propio doctor, estaba "iluminado por dos amplias ventanas" y era bastante pequeño.
En todo el museo pueden encontrarse también representaciones de escenas significativas de las obras de Holmes, como por ejemplo, la de las figuras 19 y 20, pertenecientes a Escándalo en Bohemia, que es la primera de las 56 historias que Doyle publicó en la revista Strand y también la primera que ilustró Sydney Paget. Las figuras muestran al rey de Escandinavia e Irene Adler mientras la mujer sostiene una fotografía de ambos y le chantajea, ya que esta podría desencadenar un escándalo si los futuros suegros del rey la recibiesen; y sí, es la misma Irene Adler que mantiene una relación amorosa con el detective en la última adaptación cinematográfica de las obras.
Escándalo en Bohemia
La aventura de Shoscombe Old Place
Otra de las más significativas representaciones es La aventura de Shoscombe Old Place (figuras 21, 22 y 23), que refleja a Holmes y Watson haciendo en la cripta de la iglesia de un descubrimiento, más bien macabro, pero imprescindible para la resolución del misterio. También se puede admirar la figura del prestamista Jabez Wilson copiando la Enciclopedia Británica, de la historia La liga de los pelirrojos, que alcanza el segundo puesto de doce en la lista de favoritas de Doyle.
Watson y Tempe.
Expertos en la obra de Doyle disfrutarán examinando hasta el último detalle de las exposiciones, y los simples lectores ocasionales pasarán una tarde divertida descubirendo más sobre el universo Holmes y tomándose toda clase de divertidas fotografías con las figuras. El Museo de Sherlock Holmes de la auténtica calle Baker es un lugar de tributo al detective que ha enamorado a miles de lectores a lo largo y ancho del mundo, y cualquier amante de la literatura de misterio que se precie tiene una cita con él y el doctor Watson, a solo un viaje en el tiempo de distancia.