Rachael Lippincott
A Stella Grant le gusta tener el control, a pesar de no poder controlar sus propios pulmones, que la han tenido en el hospital la mayor parte de su vida. Por encima de todo, Stella necesita controlar su espacio para mantenerse alejada de cualquier persona o cosa que pueda transmitirle una infección y poner en peligro su trasplante de pulmón. Dos metros de distancia. Sin excepciones. Lo único que Will Newman quiere controlar es cómo salir de este hospital. No le importan sus tratamientos, o si hay una nueva medicación en ensayo clínico. Pronto cumplirá dieciocho años y podrá desconectar todas estas máquinas. Desea ir a ver el mundo, no solo sus hospitales. Will y Stella no pueden acercarse. Solo con que respiren cerca, Will podría provocar que Stella perdiera su puesto en la lista de trasplantes. La única forma de mantenerse con vida es mantenerse alejados. ¿Puedes amar a alguien que no puedes tocar?
Y el libro lo consiguió, me ha sorprendido en algunos momentos, que tiene más vida las palabras de lo que recordaba, fue más emotiva y bueno, con ese final, es que ahhh, no entiendo porque la peli no termina de esa manera, es tan, tan perfecto, que ahí sí me hizo sonreír como boba.
La Fibrosis Quística (FQ), es una enfermedad con la que Stella ha tenido que pelear toda su vida, desde niña y en esta pelea ha conocido a su mejor amigo, Poe, aquel que nunca a podido abrazar debido a la restricción que tienen los que padecen esta enfermedad, que para evitar algún contagio y que los pongo en riesgo de perder quizá su lugar en la lista de espera para poder recibir pulmones nuevos y los límite más su vida (si es que todavía se puede más), los que padecen FQ deben guardar la distancia de mínimo 2 metros entre ellos para reducir los riesgos. Ella sabe que de alguna manera es el pilar de su familia y por ellos debe sobrevivir para que no se desmorone más de lo que ya está. Por lo mismo le gusta controlarlo todo, y lleva un registro minuciosos sobre su tratamiento, tal vez un poco obsesivo, pero está decidida a que saldrán adelante con la enfermedad, incluso lleva un blog de vídeos para concientizar a los demás sobre la enfermedad y está elaborando una aplicación para el celular para recordar las medicaciones. Ha tenido que sacrificar salidas con la familia o amigas por tener que ingresar al hospital y a pesar de su edad, lo toma con gran madurez. Todo parece marchar bien, hasta que un día conoce a Will, un chico que parece que lo menos que le importa es su enfermedad y responsabilizarse de ella, la desquicia, pero de alguna manera él, la va conquistando, a pesar que saben que no podrán tocarse o besarse nunca, pero el llamado del corazón es más fuerte y ellos terminarán de encontrar la forma de poder estar juntos… o eso es lo que pretenden.
Emotiva, fuerte… difícil, es como resumiría la historia, con personajes que te roban el corazón y sí, tal vez porque ya sabía la historia, no se me hizo nudo en la garganta, pero eso no quita que haya amado la novela. Y me parece que tiene un final perfecto (algo que faltó en la peli) que hace que ames completamente la historia a pesar de que te hace sufrir y mucho, bueno, en realidad te hace sonreír o suspirar más veces.
A pesar que es drama, simplemente por el tema que toca, y que es muy juvenil (obvio, por la edad de los protas) es que es una historia que disfrute desde el inicio.