Christine Leunens
Para empezar tenemos mucho más personajes, como ambos padres del chico y su abuela, y obviamente a la chica escondida en un agujero.
Por el nuevo régimen político al que se ha impuesto en el país, el se siente atraído o casi embrujado por las promesas que hablan de una raza superior, pura y que los demás son casi deshechos humanos que no sirven para nada. Aunque sus padres intentan de diversas maneras “imponer” sus reglas, él está embelesado con lo que dice su nuevo líder… pero tras sufrir el accidente, y dado las cicatrices que le deformaron el rostro, y ya ni hablar las secuelas en en sus miembros, se vuelve un discapacitado que se “tiene” que quedar en casa.
Todo comienza a escasear, ya que solo tienen permitido cierto presupuesto para comprar lo básico, por lo que en casa las cosas se complican mucho más, la empresa de su padre va a la ruina y es investigado… primero en desaparecer, seguido al poco tiempo por su madre, por lo que este chico, terminará por hacerse responsable de la casa, de su abuela enferma y de ese pequeño secreto que sus padres ocultaban en casa. Las cosas no las tendrá fácil, o no, verá lo complicado que es, tener que hacerse cargo de todo y mantener a salvo a los tres. Cuando su abuela fallece, se aferra ala único que le queda en la vida, que a la vez le dará satisfacciones, primeras veces, pero también muchas peleas, dolores de cabeza y aprenderá a mentir para obtener lo que quiere, o no perder lo que tiene, pero ella no está dispuesta a “soportar” todo y demostrará que detrás de esa cara, hay más mentiras, chantajes, humillaciones y más…
Es una historia agridulce, es como la puedo definir, es cruda y fuerte, ya que por lo que tienen que vivir o soportar es duro, pero sobre todo es por esa relación tan tóxica que se hace entre estos dos chicos, que llega un momento en que ya no se soportan, pero que al final saben que se necesitan como el aire y se hacen demasiado daño durante demasiado tiempo, miedos, inseguridades, mentiras, que al final los lastimaran más de lo que creen.
Con una pluma que en momentos la sentía ligera y en otros muy pesada, es que me gustó ver esa historia de Johannes, que por cierto se me hace un personaje demasiado complejo y no quedarme solo con la idea de Jojo, y en momentos me daba ternura, pero fueron más los momentos en que me frustraba y me molestaba con él, ya que debido a su incapacidad, se sentí poca cosa y si le sumamos ese vacío que le dejó perder a su familia, es que tengo una relación de amor/odio con él; y bueno, Elsa, Elsa, Elsa… se me hizo tan manipuladora, cruel, malagradecida y a la vez tan necesita, que mis sentimientos contra ella fueron más negativos que positivos.
Creo que este tipo de historias, son las que te marcan de alguna manera, dejan huella en el lector y al terminarla, te deja esa sensación de vacío, de frustración, de… amor/odio por y para todos.
Aquí encontré una historia muy diferente a lo que creí conocer, a los “niños” nunca los vi así, más bien adolescentes que si somos conscientes, ya con los problemas de esa edad ponerlos en situaciones de este tipo, y que terminan solos, de que debían aferrarse a algo aunque esto les hiciera daño, en parte los comprendes, pero a la vez los detestas por tan malas decisiones que toman por mucho tiempo, ya que una vez que termina la guerra, tienen posibilidades de buscar algo para mejorar sus existencias, pero de alguna manera no la aprovechan y entran en un círculo vicioso que al final te desesperan… pero que se puede esperar después de lo que han tenido que vivir.
Sí debo reconocer que hay cosas en la historia que me sobran y me faltan muchas otras, pero en realidad a pesar de la naturaleza de la historia, es que fue una lectura que disfruté mayormente y me atrevo a recomendarla a pesar que en realidad no se parece en nada a la película. En verdad creo que merece mucho la pena.