Es interesante ver, como a medida que vamos avanzando en la historia, uno como lector no sabe qué pensar de la narradora, porque al leer las constantes descripciones sobre el tapiz, y cómo es el dibujo y escuchar sobre las partes que tiene rasgado, y analizándolo muy detenidamente te hace dudar mucho de su cordura.Su análisis llega a tal punto en que puede ver que en el tapiz hay una mujer que mueve con todas sus fuerzas el dibujo que está en frente de ella.Esta escena me heló la sangre, y debo decir que a este relato lo escuché a las 2 de la mañana, y cuando dijo eso abrí los ojos re grandes al imaginarme eso.
A medida que vamos avanzando la protagonista saca más conclusiones a partir de ese tapiz que no les podría contar para no revelar nada, pero que más allá de la situación tan desesperante que se genera, hay un claro mensaje feminista detrás de este relato, ya que en gran medida está basado en una experiencia que tuvo la escritora.
Este relato es de esos que siempre escuchaba nombrar pero que nunca leía, y un día vi que la escritora Victoria Marañon Rodriguez opinó muy bien de él y me dieron muchas ganas de leerlo.