Silvia Tarragó
Creo que mi mayor pero es que a los personajes a pesar del tiempo que transcurre en cada transición… ya que como mencioné, hay saltos de fechas, para poder abarcar diferentes décadas, desde que se inauguró hasta que cerró sus puertas, pues resulta que no se ve esa evolución esa madurez que el propie tiempo le da a cada uno en la vida, siguen actuando casi de la misma manera como los conocimos desde el inicio, lo que de alguna manera se me hace un poco incongruente y le quita fuerza e intensidad lo que estamos leyendo.
Me gustó ver (leer) costumbres, lenguaje, actitudes de aquella época, ver la situación en la que se encontraban los habitantes de Barcelona de esos tiempos, como la necesidad de trabajo, la incertidumbre, el miedo, la represión y como este escaparate novedosos habría las posibilidades para conseguir una nueva vida próspera.
Y aunque claramente estamos en algo ficticio y no histórico como tal, tiene mayor peso lo que viven los personajes que mostrar más aquel mundo, esa nueva economía que comenzaba y como cada uno deseaba conseguir algo más, digo, los dramas no están mal, pero si opaca un poco esos bellos escenarios que estaban ahí.
La pluma de la autora es ligera, sencilla, con las descripciones para perfectas para ir tiempo atrás y hacer un viaje, se nota el esfuerzo de investigación que hay detrás de esta novela y la hace más real, por lo que es un apena no tuviera más protagonismo esta parte, pero los dramas, si logran engancharte, y quieres conocer más de muchos de ellos, sus historias a pesar de que muchas situaciones en lugar de desarrollarse solo te cuenta cómo se resolvió tiempo después.
No es mala, pero…