Nos encontramos ante un libro cuya clasificación resulta cuanto menos difícil, ya que es un historia ficticia que posee elementos tanto de novela histórica como detectivesca, tanto en la historia del presente como la del pasado.
La trama de El Ultimo Crimen de Pompeya nos pone en la piel de Chema, un joven estudiante de arqueología de Málaga que está haciendo prácticas en Pompeya, creando esos calcos de piedra que, Vesubio aparte, han hecho tan famosa a la metrópolis.
En el transcurso de sus prácticas se le plantean varios problemas, el primero es que su casera le amenaza con el desahucio ya que piensa que su trabajo perturba a los muertos y por lo tanto está maldito, además de adentrarse sin darse cuenta en una operación de la mafia destinada a robar un lote de antiguas monedas que él mismo había descubierto junto a lo que parece ser la escena del último crimen de Pompeya.
En un intento de librarse de todos su problemas a la vez Chema se sumerge en una investigación a través de la historia para descubrir la gran verdad que se esconde detrás de lo que aparentemente es un asesinato entre el caos de las destrucción de la ciudad.
Con la ayuda de Popa que trabaja de becaria en la biblioteca Chema consigue resolver el enrevesado crimen, que la policía detenga la operación de la mafia y evitar ser desahuciado, al menos hasta acabar sus prácticas.
Como he dicho antes es difícil clasificar esta novela dentro de ungenero en concreto, ya que nos encontramos ante una obra que aúna los elementos de la novela histórica, con toques de novela negra o detectivesca, además de cierta parte de romance.
Los personajes que encontramos en esta obra son al mismo tiempo relativamente simples, en parte debido a la poca extensión del libro, pero al mismo tiempo humanos y creíbles. Tenemos a Chema, un enamoradizo malagueño agobiado por sus problemas, aunque al mismo tiempo alegre, decidido e inteligente; También tenemos a Popa que a pesar de ser un poco estereotipada como una italiana que conduce excesivamente rápido y bastante confiada también resulta un personaje bastante creíble.
En cuanto a los secundarios debido a su pesadez y excesiva simpleza pueden llegar a ser bastante insufribles y aburridos, con muy pocos de ellos salvables.
Aunque la alternación de capítulos donde ocurre la trama del presente y capítulos donde se investiga la historia del pasado puede mantener el interés del lector, también interrumpe el ritmo, además debido a que la trama en el presente es bastante menos interesante, salvo un par de puntos, que la resolución del último crimen de Pompeya, pude resultar bastante aburrido y dificultar la continuación del libro.
En conclusión se trata de un libro ligero y entretenido capaz de gustar tanto a los más jóvenes como también a los adultos.
Posee una clara intención didáctica, la cual cumple a la perfección ya que muestra la historia del Pompeya y el imperio romano de una forma interesante y entretenida, de forma lo suficientemente extensa para interesar pero de manera lo bastante abreviada para no aburrir.
Además de esto también tenemos una historia lo suficientemente original, con personajes simples pero a la vez creíbles con quien cualquier lector puede identificarse, para mantener interesados a lectores de cualquier edad.