Jack London
Jack London pasó casi un año en el Yukón (Canadá) recogiendo material para el libro. La historia fue publicada por entregas en el Saturday Evening Post en el verano de 1903 y un mes después en un único tomo. La gran popularidad y el éxito del libro cimentaron la fama de London. Gran parte del atractivo de esta novela deriva de su aparente simplicidad y de la intensa emoción que transmite este relato de supervivencia.
La novela es corta y la copia que me regalaron, tiene unas bonitas ilustraciones que hacen mucho más linda edición, de esas que hasta las quieres agarrar con guantes y pinzas… aunque la portada la verdad no me gusta mucho.
Narrada en tercera persona, vamos conociendo a Buck que se puede decir es un perro muy “atrabancado”, no diré que tosco, aunque por su tamaño es comprensible, hogareño y con un gran corazón… pero resulta que por los buscadores de oro y que en Alaska??? (no me acuerdo si lo dice en la novela, por lo menos en la peli sí), pues para jalar los trineos andan buscando buenos especímenes para esta tarea, y lo roban para venderlo. De un momento a otro, su vida cambia radicalmente y es maltratado para que “obedezca” a sus nuevos dueños, y lo que sucede es que le tome odio y hasta cierto temor al garrote y a los humanos, por lo que ahora es hosco y hasta agresivo, ejemplo de ello que morder la mano (sin hacer daño, solo dejando las marcas de los dientes en la piel), es su forma de demostrar cariño.
Su nueva vida no es fácil, ahora debe dormir bajo la nieve, comer pescado congelado y por si esto no fuera suficiente, pelear y defender su lugar con otros perros, principalmente con el “líder” de la manada, que es quien lleva el mando a la hora de jalar el transporte.
Al principio le costó trabajo adaptarse a esta vida, al trabajo y poco a poco le fue agarrando gusto, aprendió todo lo necesario y en algún momento esto le fue útil, pero a la vez fue en parte su perdición, cuando agotado y dejando el alma, continuó su trabajo hasta casi morir, hasta que fue rescatado, por el que terminó siendo más que su último dueño, fue su amigo.
Oh sí!, esta no es una novela rosa en ningún sentido y como ya lo dije, me ha roto el corazón, por el maltrato que reciben estos animales (los perros), por el destino que terminan teniendo muchos de ellos y creanme no es nada, nada dulce y bonito leer cosas así, o quizá yo soy muy aprensiva que en un par de ocasiones se me hacía un nudo en la garganta.
La historia tiene las descripciones justas, demasiado, que me parece le falta un poco al autor haber sido más generoso en este aspecto, ya que me parece había cosas que pudieron ser más emotivas o dramáticas y es tan corta, tan precisas y sin tantas extensiones que me ha quedado en este aspecto, además, creo que no le haría nada mal, fuera un poco más extensa la novela y creo que se prestaba y no hubiera sido pesada, ya que en realidad, la lectura logré hacer la lectura muy rápido y solo en ratos.
El final, bueno, en parte es triste, pero a la vez bonita, ya que Buck ha encontrado un hogar, uno en el que se siente a gusto y de ahí el nombre de la novela.
La narración es buena, fluida y ligera, como tal, pues no tenemos un perfil muy claro de los personajes, y menos con los humanos, quizá algunos de los perros, pues llegamos a conocerlos un poco más y solamente Buck es al que logramos realmente conocer completamente, en este aspecto, tambien siento, muy limitante la pluma del autor.
Quizá no era lo que me esperaba encontrar, pero no me ha decepcionado, una historia fuerte, hasta cruel, pero de alguna manera bonita. En general, una buena lectura.