Reseña literaria Cheyenes 6112, Christian Grenier, William Camus

Por Eltemplodelasmilpuertas @Templo_Revista
Editorial SM

A principios de los 80, cuando las únicas distopías conocidas eran los clá­sicos de Ray Bradbury, George Orwell y compañía, SM publicó en su colección Gran Angular una novelilla francesa de ciencia-ficción cuasi-distópica, que a prácticamente nadie llamó la atención y que quince años más tarde desaparece­ría de las librerías.

Cheyenes 6112 nos lleva a una Tie­rra donde, tras la “Era del Petróleo” a principios del siglo XXI, el aire ya no es respirable y es imposible vivir a cielo abierto. Por eso, se construyeron cuatro grandes burbujas para albergar a la po­blación que sobrevivió a la polución y las enfermedades con el fin de mantenerla protegida del exterior. En un ambien­te totalmente aséptico se consiguieron erradicar las enfermedades, los virus y los microbios. La esperanza de vida au­mentó hasta los 250 años y en el 6112 se vive feliz en una sociedad libre, justa y segura; la gente se alimenta mayori­tariamente gracias a nanopartículas nu­tritivas que se introducen en el cuerpo a través de la piel en el momento de la ducha, y todo el mundo está convenci­do de que es imposible vivir bajo el sol. Pero un caballo y un accidente los obliga a salir al exterior e introducirá en la bur­buja el antiguo virus de la gripe contra el que los cuerpos del siglo LXII están total­mente desprotegidos. Reseda y su padre Ciclamen, experto en lenguas antiguas, intentan encontrar una solución al nuevo cataclismo que se les avecina.

Paralelamente, aunque no exacta­mente en la misma línea del tiempo, des­cubrimos que aún hay humanos viviendo fuera de las burbu­jas. Una población de cheyenes vive en un claro de un bosque cercano a la ciudad de Reseda, totalmente ajenos a lo que pasa más allá de los árboles. En el poblado, el joven Bravo, Pier­nas-Largas, cues­tiona la ley que les prohíbe entrar en el bosque, pero una epidemia de gripe obliga a los Viejos Sabios a levantarla. Esto precipitará los acontecimientos y los indios aprende­rán a vivir de nuevo como sus antepa­sados domando caballos, cazando y re­colectando los bienes que les ofrece la naturaleza. En determinado momento, la vida de Piernas-Largas se cruza con la de Reseda... pero para saber lo que pasa tendréis que buscar una copia de esta no­vela en vuestra biblioteca más cercana.

Escrita en 1974 a cuatro manos por el francés Christian Grenier (El ordena­dor asesino, Bruño, 2004) y el canadiense de ascendencia india William Camus (El fabricante de lluvia y El oro de los locos, SM, 1987), Cheyenes 6112 narra la his­toria de cada uno de los personajes con un estilo acorde con el mundo en el que viven. En el caso de Reseda el lengua­je es más formal y neutro y se emplean un montón de tecnicismos inventados. Cuando la acción toma a Piernas-Largas, Manos-Cortas y Alba-Naciente como pro­tagonistas, el tono y el vocabulario cam­bian por completo para amoldarse a la forma de expresarse de un indio cheyene de antaño. En la no­vela se muestra un mundo distópico que la mano del hombre ocasionó. El corte ecologista del libro es claro, aunque no directo y, si bien tie­ne algunas carencias en cuanto a trama y descripciones, con una nueva traducción y un buen lavado de cara, Cheyenes 6112 sería una buena nove­la de iniciación en el género de la ciencia-ficción para aquellos adolescentes que aún no se atreven con tí­tulos más sesudos, e incluso podría hacerle la competencia a títulos más actuales. Aunque la histo­ria de Cheyenes 6112 es autoconclusiva, deja un final abierto, que los autores de­cidieron continuar en 1975 con Una india en las estrellas, publicado por SM en los 80 y que actualmente también está des­catalogado.