Casi veinte años después de su aparición en el Reino Unido nos llega por fin esta secuela de una de las obras más admiradas de Diana Wynne Jones: Howl’s moving castle, publicado en España primero como El castillo viajero (en la antigua edición de SM) y después como El castillo ambulante (en la nueva edición de Berenice). Los aficionados al anime recordarán la historia de la joven Sophie y del extravagante mago Howl en la versión animada del maestro Miyazaki, y los amantes de la buena literatura fantástica que leyeron el libro original en su día seguro que también estaban deseando leer la secuela.
En realidad, Howl’s moving castle es, de momento, una trilogía, puesto que recientemente salió publicada la tercera parte, titulada House of many ways; pero se trata de una trilogía muy peculiar. En efecto, si el primer libro se centraba en los habitantes de un curioso castillo andante, tanto en El castillo en el aire como en House of many ways éstos son meros personajes secundarios que hacen su aparición estelar casi al final de la novela, de modo que los tres libros parecen más bien historias independientes que tienen en común el mismo universo, pero no los mismos protagonistas. Pero que eso no detenga a los fans de Howl a la hora de leer este libro, porque vale mucho la pena.
El castillo en el aire no arranca en Ingary, territorio de las andanzas de Howl y sus amigos, sino en un país más al sur, Zanzib, cuyo ambiente recuerda mucho al de Las mil y una noches. De hecho, la acción arranca cuando el protagonista, un mercader de alfombras joven y soñador llamado Abdullah, adquiere una alfombra mágica que lo transporta hasta un palacio de ensueño, donde se enamora de una hermosa joven que poco después resulta secuestrada por un terrible demonio. Abdullah emprende entonces una búsqueda desesperada que lo lleva hasta... sí, en efecto, hasta Ingary. Un genio descarado, un soldado marrullero, un temible bandido y dos gatos extraordinarios serán algunos de los personajes con los que se topará en su viaje.
Se trata, en definitiva, de una de las mejores aventuras de Diana Wynne Jones que hemos tenido la oportunidad de descubrir, con todas las virtudes que convierten a esta autora en uno de los referentes de la literatura fantástica actual: sus mundos deslumbrantes, sus personajes carismáticos y entrañables, su fino humor y sus giros sorprendentes también están presentes en este libro que, además, tiene un final redondo donde cada pieza encaja, a diferencia de otras obras que parecen hacer sido acabadas de forma un poco precipitada. Es una secuela de El castillo ambulante que, al mismo tiempo, conforma una nueva historia en sí misma. El único inconveniente es su elevado precio: casi dieciocho euros para un volumen que no es excesivamente extenso y que nos hacen recordar con nostalgia los menos de ocho euros que costaba la edición que hizo SM de la primera parte. Pese a ello, desde El Templo recomendamos su lectura y lanzamos un consejo para aquellos que tengan ganas de volver ver a Howl en acción: estad atentos, porque en este mundo de maravillas y espejismos nada es lo que parece...