El boom de la literatura de colmillos sigue rescatando títulos olvidados en nuestras estanterías durante largo tiempo. Es el caso de El último vampiro, de Willis Hall, que Noguer nos presenta en sus novedades.
La familia Hollins, compuesta por el matrimonio Albert y Emily Hollins y por el pequeño Henry Hollins, se encuentran de vacaciones. Pero, para desgracia de Mr. Hollins no se encuentran tranquilamente veraneando en su acostumbrado hotel Miramar en Cockleton-on-Sea, sino que están de camping por Europa. ¿Por qué demonios habrán abandonado Inglaterra para ir de tour por Europa? Desde luego nunca debió hacer caso a su esposa Emily cuando trajo todos aquellos llamativos y estúpidos folletos de vacaciones de la agencia para convencerlo.
Si ya de por sí es ir un rollo irse de vacaciones sólo con tus padres, imagina lo que es para el pobre Henry si encima éstos están todo el día a la gresca y encima no se les ocurre otra cosa que. . . ¡perderse! Pero no es que no sepan exactamente donde están ¡es que ni siquiera están seguros del país al que han ido a parar! ¿Será Francia, Alemania, Suiza o Italia, por eso de que todos los caminos conducen a Roma? Lo único cierto es que están perdidos y bien perdidos. Quizá, si subiesen la colina y fuesen a preguntar en aquel antiguo castillo podrían sacar algo en concreto. ¿Qué ponía el letrero? Castillo Alucard. . . hmmm. . . habrá que probar. Y eso que, aunque parece que es el único que se ha dado cuenta, Henry sabe que Alucard es Drácula al revés.
Acompañado al divertido relato, las ilustraciones de Babette Cole hacen aún más amena la lectura del libro. Utilizando parte de los clichés sociales como sátira, Hall, construye una historia sencilla pero entretenida con la que el lector podrá pasar el rato entre turistas despistados, aldeanos paranoicos y vampiros vegetarianos.
Un remedio para el aburrimiento, que os hará pasar un par de horas agradables con alguna que otra sonrisa.