Reseña literaria Historia de dos castillos, Gail Carson Levine

Por Eltemplodelasmilpuertas @Templo_Revista
Editorial Nocturna

Elodie viaja de su tierra natal hasta Dos Castillos porque quiere convertirse en cómica. Sus padres, que la conocen bien, antes de partir le piden que se mantega alejada de ogros, dragones y sepulcros blancos por su seguridad. Pero casi nada más llegar se topa con un ogro al que todo el mundo odia y un dragón con dotes de detective. Y para su desgracia no le admiten en el gremio de cómicos porque los aprendizajes gratuitos se prohibieron. Así que Meenore, la dragona, le ofrece convertirse en su ayudante para que sea sus ojos en la ciudad. Pero pronto Elodie tendrá que resolver el robo del perro que acompaña siempre al conde Jonty Um, con el que tendrá más problemas de los esperados.

Para, Elodie, inexperta y algo metomentodo, ser la asistente de un dragón le ayudará a practicar el arte de la interpretación a la vez que «observa» para su mentora, convirtiéndola en uno de los personajes más entrañables de la novela. Lo mismo le ocurre al conde Jonty Um; amable y caballeroso para ser un ogro al que todo el pueblo de Dos Castillos odia. Pero sin duda es Meenore la más singular de todas. Con ELLO (no podemos llamar nunca a un dragón «él» o «ella», a riesgo de ser despedazados) aprenderemos a «inducir y deducir», siempre y cuando no salgamos escaldados con su peculiar sentido del humor.

Sin embargo, Historia de Dos Castillos tarda en arrancar y se nota durante la primera mitad de la novela, donde la lectura es algo lenta; pero sus personajes tan originales hacen el libro más llevadero.

Dragones, reyes, princesas, ogros y gatos ladronzuelos es lo que encontraremos en Historia de Dos Castillos, con detalles que nos recordarán a El gato con botas y Shrek.