Reseña literaria La Declaración, Gemma Malley

Por Eltemplodelasmilpuertas @Templo_Revista
Editorial Salamandra

Anna es una Excedente, una persona nacida sin permiso, cuyos padres cometieron un terrible crimen por el simple hecho de traerla al mundo. Por esta razón, Anna ha contraído una deuda con la sociedad que debe saldar, convirtiéndose en una Empleada Valiosa a través de un duro adiestramiento que acepta sin rechistar, porque sabe que ella, como todos los Excedentes, no tiene derecho a existir. ¿Cómo se ha llegado a esta situación? Estamos en el año 2140 y la investigación con células madre ha logrado la curación de todas las enfermedades y la paralización del proceso de envejecimiento. En una palabra: la inmortalidad. Pero los recursos del planeta son limitados y no pueden responder a las necesidades de una ingente población humana que no para de crecer, puesto que ya nadie fallece de muerte natural. Así, todos aquellos que firman la Declaración aceptan seguir el tratamiento de longevidad a cambio de renunciar a su derecho a tener hijos. Porque en un mundo como este, dar a luz una nueva vida supone un crimen mayor incluso que el asesinato.

Anna lo tiene muy claro: es una chica obediente que Conoce su Lugar y no quiere dar problemas. Sin embargo, su primer pequeño acto de rebeldía consistirá en empezar a llevar un diario a escondidas... y la llegada al centro de adiestramiento de Peter, un chico que tiene unas ideas muy poco apropiadas para un simple Excedente, será el detonante que cambiará su vida para siempre.

Ésta es la estremecedora premisa de La Declaración, una brillante novela de ciencia-ficción, la primera escrita por su autora, en la que se exploran las consecuencias de la lucha contra la enfermedad y la muerte. En La Declaración se da un paso más adelante y se especula con la posibilidad de qué sucedería si los humanos lo hubiésemos conseguido y fuésemos poco menos que inmortales. La solución otorgada al problema de la superpoblación parece improbable y, al mismo tiempo, aterradoramente real.

La Declaración es una novela que trata todos estos temas, sin dejar de ser por ello una historia absorbente que engancha desde el principio, con unos personajes redondos, especialmente Anna, la protagonista, a la que llegamos a conocer muy bien a través de su diario: sus ideas, sus miedos, sus dudas, los pequeños sueños que a veces se atreve a deslizar entre sus páginas, aun sabiendo que ella no tiene derecho a soñar; y también, cómo no, su paulatino cuestionamiento del orden establecido, que la llevará, paso a paso, un poco más cerca de la libertad. Si estás dispuesto a acompañarla en este camino, advertimos que no será fácil, y que el civilizado futuro en el que vive puede ser incluso más cruel que el más salvaje de los mundos. ¿Valdrá la pena correr el riesgo? La respuesta, como siempre, en el libro.