Después del éxito cosechado por la publicación de Diario de Greg: Un pringao total, llega a las estanterías de nuestras librerías su segunda parte: La ley de Rodrick, en la que el autor Jeff Kinney repite la fórmula que le aseguró el éxito de la primera parte.
Combinando en sus páginas a partes prácticamente iguales texto e imagen, esta novela ilustrada nos relata el nuevo año de las peripecias de Greg en su instituto. Pero cómo, ¿aún no sabéis quién es Greg? Hagamos una breve introducción para los que no compraron a tiempo su diario el curso pasado.
Greg es el mediano de una familia de tres hermanos, va al instituto y su mayor aspiración es pasar desapercibido frente a profesores y padres y ser el payaso para los compañeros de su curso. Lo cierto es que Greg es un pringao, porque no consigue nada de eso. ¿Que cómo lo se? Porque Greg tiene un diario. Un estúpido y ridículo diario que su madre le regaló como si hubiese tenido la mejor idea del mundo al hacerlo. ¿Qué chico en su sano juicio tendría un diario? ¡Eso es de niñas!. . . ¿o no? Bueno, quizá, si empiezas a escribir tu vida cuando apenas eres un adolescente. . . cuando crezcas y seas rico y famoso ya no tendrás que perder el tiempo haciendo tus memorias, ¡perfecto!
Es así como Greg comienza a escribir en su cuaderno y a través de él nos enteramos de cómo es el día a día del chico.
Tras las experiencias del curso pasado, Greg recibe otro diario de su madre, y es ahí donde empieza este segundo tomo, cargado del hilarante humor del protagonista y de situaciones de lo más divertidas. Y es que este año Greg tendrá que lidiar con que su hermano mayor, Rodrick, está más insoportable que nunca, cosa que sus padres parecen no advertir porque le dejan salirse siempre con la suya, ¡qué injusto es todo! Si tan sólo pudiera plantársele cara, pero claro, Rodrick conoce el más oscuro y vergonzoso secreto de Greg. . .
Os invitamos a seguir, o adentraros por primera vez según sea el caso, en las aventuras de Greg. Os aseguramos que pasaréis un par de horas con la sonrisa en los labios y viendo, compartiendo o recordando lo duro que es ser un adolescente. Os adelantamos además que habrá una tercera parte ya programada por el autor de la que aún no tenemos datos. ¡No dejéis pasar la oportunidad de leer este diario!