Licia Troisi vuelve a la carga con una trilogía situada en el mismo universo que la saga que ya publicó en nuestro país hace algunos años: Las crónicas del mundo emergido. La acción de esta nueva trilogía se sitúa cuarenta años después pero, por suerte para los lectores, las dos sagas se pueden leer de manera independiente.
Nuestra protagonista es Dubhe, una muchacha que fue expulsada de su aldea cuando era tan solo una niña por culpa de un terrible incidente. Sin nadie a quien recurrir, Dubhe se crió junto a un asesino a sueldo que se acabó conviertiendo en el maestro que le enseñó todo lo que necesitaba saber para dedicarse a la que sería la profesión de su vida: robar. Sin embargo, aquellos que dieron caza y asesinaron a su maestro —una secta de asesinos llamada La Gilda— está ahora tras la pista de Dubhe.
Por desgracia, La Gilda tiende una trampa a Dubhe e impone una terrible maldición sobre ella. Es por culpa de esta maldición que la joven se ve obligada a entrar a formar parte de la secta si quiere sobrevivir. Se iniciará así una batalla interna en la que Dubhe tendrá que decidir si sucumbe a la Bestia que ahora habita en su interior, o si es lo suficientemente fuerte como para escapar de las garras de La Gilda.
Con este argumento, el lector puede esperar, de entrada, un universo lleno de luces y sombras. Y es que si hay algún aspecto en el que la autora sabe desenvolverse con soltura es en el desarrollo de personajes con personalidades fuertes, pero sometidos a conflictos que harían temblar al más valiente. Es el caso de nuestra protagonista, Dubhe, y del héroe con el que compartirá su historia. Un carácter, el de la protagonista, que se explica perfectamente gracias a los capítulos centrados en su infancia y su niñez.
La ambientación es impresionante y está cuidada al detalle, algo que era de esperar dado que la autora ha explorado a sus anchas el mundo emergido en otras tres ocasiones. También hay que destacar el realismo con el que está descrita La Gilda, en especial su tenebrosa base secreta y los inquietantes cultos que llevan a cabo estos adoradores de la oscuridad.
De todas formas, tenemos que advertir que La secta de los asesinos es una novela introductoria. Como tal, es una historia cuyo objetivo es presentarnos el mundo emergido y a los que serán los personajes protagonistas, y por ello puede llegar a pecar de un ritmo no muy acelerado y escasez de escenas de acción.
En cualquier caso, esta trilogía promete. Lo indican su frenético final y unos personajes cuya historia, desde El Templo, no podemos dejar de recomendar
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