Imagina que fueses capaz de cambiar el pasado. Imagina que pudieras viajar, adentrarte en la Edad Media, o incluso en pleno auge del Imperio Romano. Imagina que pudieras camuflarte con algo más que un disfraz, que todo tu cuerpo se ocultase en una identidad distinta y solo tus ojos pudieran delatarte. Podrías cambiarlo todo, poner a prueba el efecto mariposa. Un asesinato a tiempo, una traición, una mentira, un simple desvío de los acontecimientos, podría cambiar el destino de la humanidad. La pregunta es, ¿lo harías?
Algunos, según la trilogía Los guardianes del tiempo de Marianne Curley, lo harían, y con fines evidentemente perversos. Así surge la Orden del Caos, un grupo de personas con habilidad para manipular el tiempo que, lideradas por la malvada Lathenia y su lacayo Marduke, perseguirán moldear el transcurso de la historia en su propio beneficio. Para detenerlos, la otra cara de la moneda: los Guardianes del Tiempo, cuya misión será vigilar que no se alteren los acontecimientos del pasado y la vida siga su curso.
Para bien o para mal, los Guardianes del Tiempo no se hacen, nacen. Son los Elegidos, y todos ellos nacen con una habilidad especial que se manifiesta con el paso de los años. Isabel Becket tiene el poder de curar, y éste se le presenta de repente, cuando logra hacer desaparecer un corte de su propia mano. Es ese el momento en el que el Tribunal de los Guardianes le asigna a un instructor que le guíe en el proceso de control de su nuevo poder.
Por ironías de la vida, su instructor no será otro que Ethan, antiguo mejor amigo de su hermano Matt y amor platónico de la infancia de Isabel, que para colmo piensa que es una niña pesada y rara. Por frío e incómodo que sea su encuentro, no les queda otra que entenderse; a fin de cuentas, ninguno de ellos puede escoger su destino. Son los Elegidos y, como se suele decir, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Caminando junto a Isabel y Ethan, el lector conocerá también a la intrigante figura de Arkarian, un hombre eternamente joven que pasa los siglos con la apariencia de un chico de 18 años y que a duras penas puede hacer una vida normal. En su lugar, pasa la vida en la montaña desde donde se organizan las misiones; después de todo, su melena azul y sus ojos violetas no son tan fáciles de disimular en la vida real. Su capacidad para leer la mente de las personas, además, le convierte en uno de los protagonistas más enigmáticos e interesantes de la saga.
Viajes a través de la historia, batallas, profecías, triángulos amorosos, traiciones y almas gemelas. Sería imposible tratar de resumir el argumento de la trilogía Los guardianes del tiempo sin dejarse algo en el tintero. Si algo está claro es que la saga se ha convertido en uno de los grandes ejemplos de literatura juvenil de viajes en el tiempo, y el inconfundible estilo de la autora ha dejado huella. Y es que la trilogía, compuesta por Los elegidos (Salamandra, 2003), La oscuridad (Salamandra, 2004) y La llave (Salamandra, 2005), cambia de narradores en cada uno de sus libros, y con ello teje poco a poco una completa y característica visión de la historia desde el subjetivo punto de vista de cada uno de los protagonistas. El primero de ellos comienza con las voces en primera persona de Ethan e Isabel. Para descubrir al resto, tendrás que adentrarte en las páginas de Los guardianes del tiempo.
Reseña literaria Los guardianes del tiempo, Marianne Curley
Por Eltemplodelasmilpuertas @Templo_Revista
Editorial Salamandra