Hace ya casi tres años que Terry Pratchett, el querido y admirado autor de Mundodisco, anunció que le había sido diagnosticado un tipo de Alzheimer prematuro. La noticia cayó como una bomba entre sus seguidores, y muchos se preguntaron qué sería de su popular saga, puesto que desde 1983, año de publicación de El color de la magia, Pratchett no ha dejado de producir una novela de Mundodisco tras otra. Pero el incombustible padre de Rincewind, Yaya Ceravieja y los demás afirmaba que tenía intención de seguir escribiendo mientras pudiera, y por el momento lo está cumpliendo con creces.
En estas circunstancias llega ahora Nación, una gran novela que no pertenece a su saga más conocida y que resulta difícil de clasificar, aunque adelantamos que se trata de una de sus obras más redondas y recomendables.
Nación se desarrolla en una especie de universo paralelo muy similar al nuestro, concretamente en una pequeña isla del Gran Océano Pelágico, trasunto de nuestro océano Pacífico, en una época parecida a nuestro siglo XVIII. Y relata la historia de Mau, un muchacho que de repente se encuentra con que es el único superviviente del tremendo tsunami que ha arrasado todo su pueblo. Solo y perdido, Mau empieza a dudar de todo lo que le han enseñado y a preguntarse por qué razón sus dioses los han abandonado a su suerte. Por si fuera poco, sobre él ha recaído la responsabilidad de reconstruir la Nación (porque, además, las voces de los Ancestros lo atormentan día y noche con sus exigencias al respecto). Pero pronto descubre que la gran ola trajo consigo algo más que muerte y destrucción: un barco encallado en la isla, procedente de la lejana tierra de los calzones, y en el que también hay una única superviviente, (sin contar al loro, claro) una muchacha que tiene ideas muy claras acerca del decoro y la educación.
Nación es una historia de iniciación sobre cómo un muchacho se hizo hombre, pero también habla de la lucha por recobrar lo perdido y por abandonar aquello que ha de dejarse atrás. Nación plantea todo un universo de contrastes en el ámbito de una diminuta isla paradisíaca: el choque entre culturas diferentes, entre la ciencia y la superstición, entre lo natural y lo artificioso, entre la vida y la muerte. Con un estilo ágil y lleno de ternura, Pratchett nos presenta toda una galería de personajes llenos de matices y una serie de situaciones impregnadas del fino humor que lo ha hecho famoso en el mundo entero. Advertimos, sin embargo, que ésta no es una novela de Mundodisco, de modo que no está pensada para arrancar carcajadas al lector en cada página... aunque seguro, seguro que os despertará más de una sonrisa... y más de dos también. No faltan tampoco emocionantes escenas de acción, y en algunos puntos Nación parece una novela de aventuras al más puro estilo de Stevenson o de Julio Verne. En resumen, se trata de una obra que lo tiene casi todo para enganchar a cualquier lector. Incluida también una tierna historia de amor. ¿Qué más se puede pedir?
Nosotros no podemos pedirle más a una de las que probablemente sean las últimas obras de este gran autor, pero él sí nos advierte que su novela está llena de reflexiones, y nos deja una puerta abierta: "Que intentes hacerlo en casa o no depende de ti".
De modo que desde El Templo os animamos a no perderos este libro, que encontraréis en la sección de la literatura para adultos, pero que es altamente recomendable también para jóvenes. Hacedlo y descubriréis, entre otras muchas cosas, por qué nacemos en el agua, no matamos a los delfines y contemplamos las estrellas.