Lucy y Jamie son hermanos. Ella tiene catorce años y él los dieciocho recién cumplidos. El plan para las vacaciones es ir en coche desde Kansas hasta Phoenix, donde les espera su padre. Sin embargo, el viaje no saldrá como esperan. En primer lugar, porque Jamie decide invitar a su insoportable mejor amigo Kirk, y en segundo porque, en mitad del desierto, en plena tormenta, tienen un accidente al chocar contra algo. Cuando retroceden para ver qué ha sido descubren el cadáver de una chica junto a la carretera. ¿Quién es ella? ¿Qué hacía allí? ¿Ha muerto por su culpa? Y, si no es así... ¿quién la dejó tirada en la cuneta?
Si bien con este planteamiento puede parecer la típica novela negra, Un cadáver en el desierto es mucho más que eso, y el lector se da cuenta desde la primera página. A través de un narrador protagonista, Elise Broach nos sumerge en una historia de descubrimiento personal en la que los protagonistas tendrán que enfrentarse por primera vez a un mundo cuyas reglas desconocían: el de los adultos.
Lo más destacable del libro es la fuerza narrativa de la voz de Lucy. Con un estilo claro y unas frases directas y certeras, Broach transmite perfectamente el tono para atrapar al lector, no sólo por el misterio que envuelve al cadáver, sino también por los pequeños sucesos que van viviendo los tres jóvenes a lo largo del libro y que les irán uniendo de una manera que ninguno espera. El modo en que está narrado, desde el punto de vista de una joven tan observadora como Lucy, logra que todos los personajes queden perfectamente definidos y que sus actos y consecuencias mantengan una coherencia y una lógica aplastantes.
Otro detalle a destacar son los diálogos: reales y cercanos. Una herramienta que la autora sabe explotar al máximo junto a las descripciones de la ambientación árida e imperturbable del desierto. Y es que el propio paisaje (las largas carreteras interestatales, los páramos desiertos y las casas desparramadas por la inmensa planicie) se convierte de algún modo en un personaje más del que no se sabe qué esperar.
Por último, queremos mencionar que los amantes del romance también tendrán varias buenas historias a las que aferrarse y que les mantendrán enganchados hasta el final. Ya sólo queda desear a los lectores buen viaje, cuidado y precaución: nunca se sabe cuándo una simple tormenta puede cambiar nuestra vida para siempre.