Reseña literaria Vialla y Romaro, Lilly Thal

Por Eltemplodelasmilpuertas @Templo_Revista
Editorial Anaya

En el mundo de Vialla las aldeas de los hombres están rodeadas por el Bosque Antiguo. Ningún humano puede salir más allá de los límites establecidos durante siglos entre las mismas y los escasos caminos que las unen son recorridos en contadas ocasiones, pues todos saben que el Bosque es caprichoso y acaba de una forma horrible con los que pretenden internarse en él. Las leyendas hablan de los demonios que habitan la foresta y de los peligros que acechan tras cada sombra proyectada en la espesura.

Nadie desobedece las normas básicas: no te internes en el Bosque (¿para qué? Más allá de los límites sólo espera la muerte y el Fin del Mundo) y nunca tomes como compañero a alguien de tu misma aldea, pues tu descendencia quedará maldita.

Para Vialla ha llegado el momento de casarse, así que junto con otras muchachas de su pueblo y acompañadas por sus padres y el Pope emprenderán el siniestro viaje hacia la siguiente aldea, donde habrán de elegir un marido. Es allí donde la protagonista conoce a Romaro, un joven en edad casadera al que ella elige como esposo. Pero, si son de aldeas de diferentes y ambos están de acuerdo con el compromiso. . . ¿por qué no les dejan casarse? Es algo totalmente inaudito.

Éste primer escollo en su relación será el detonante de su odisea. Y es que ambos deciden huir hacia el oeste, tierra que las leyendas señalan como la morada de los demonios. Ambos estarán dispuestos a correr todo tipo de riesgos con tal de poder vivir su amor como cualquier otra pareja. Pero el viaje les traerá una gran prueba ya que quizá no todas las leyendas sean falsas y las normas estén ahí para protegerlos. . . ¿podrá el amor salvar los obstáculos que les advierten de la catástrofe?

Lilli Thal, autora de Mimus, nos vuelve a sorprender de la mano de Anaya con un estremecedor relato en forma de leyenda. Las desgracias y los horrores que esperan a los protagonistas estallarían la burbuja del más precioso cuento de hadas porque... no todas las historias acaban bien. El relato tiene una cadencia lenta y permite al lector ser consciente del paso del tiempo para los protagonistas, la realidad se funde con las ilusiones y la desesperación con el leve brillo de esperanza que hay al final del bosque; si los protagonistas consiguen alcanzar esa luz es algo que dejamos que descubra el lector por sí mismo.

No os internéis en el Bosque Antiguo si no estáis seguros de que aguantaréis el viaje.