Autor: Art Spiegelman
Tipo de lectura:comic alternativo
Características: Tapa blanda sin solapas
Colección: 2/2
Páginas:140
Editorial: Emecé Editores
¡Gracias a la biblioteca por prestarme el ejemplar!
Contraportada:
Celebrado en el mundo como una genuina obra de arte, Maus es un testimonio de supervivencia realmente excepcional. La primera parte de la obra presentó a VladekSpiegelman, judío polaco atrapado en la Europa nazi, y a su hijo Art, que ha creado este libro como una manera de explicar la relación con su padre y de rendir homenaje a su familia perdida. El relato de Vladek se detenía al llegar a Auschwitz.
Este segundo volumen, subtitulado Y aquí comenzaron mis problemas, nos traslada del infierno diario en las barracas del campo de exterminio a la nueva vida en las afuera de Nueva York.
Con un talento fuera de lo común, el autor ha conseguido transmitir en imágenes de historieta no solo todo el horror del Holocausto sino también el auténtico drama humano de quienes sobrevivieron. Hondamente trágico, Maus une a la importancia del tema una fuerza expresiva de rara originalidad. Es un libro memorable.
Sobre el libro:
Maus, es un comic del estadounidense Art Spiegelman,en el cual el autor nos cuenta por lo que pasó su padre y su madre en la segunda guerra mundial. Mediante audios que documentaba de los recuerdos de su padre, Art, logra acabar esta historia y lo hace en dos volúmenes.
“Pero Dios no acudió. Allí estábamos solos”
No se deja de mencionar las enormes chimeneas, siempre humeando por sus largas y horrorosas bocas negras. El olor a grasa, dormir con los cadáveres que apenas la noche anterior eran uno más como ellos.
Vladek logró pasar todos estos obstáculos gracias a su ingenio. A pesar de que estaba muy débil, siempre se le ocurría algo para vivir un poco más, y por supuesto que eso no es todo, el azar y la suerte también lo ayudaron muchísimo. En realidad, en una parte se dice que eso es todo. Es suerte.
“No fueron los MEJORES los que sobrevivieron ni los que murieron. Fue al AZAR.”
Tras salir de Auschwitz siguen muriendo más y más judíos, en las largas caminatas, encerrados en trenes que incluso algunos nunca fueron abiertos, dejando en aquellos que sí solamente algunos vivos.
Trenes que al principio, estaban todos tan apretados en su interior, que solo se podía estar de pie, apretados como fósforos, no había donde caer, y si llegabas al piso, simplemente morías aplastado por los demás, porque una vez que ya no aguantabas las piernas y desistías, volver a levantarte era algo prácticamente imposible.
Algunos de los encargados de vigilar a los prisioneros, tenían la manía de tomar las gorras de estos, tirarlas lejos y decirles “ve, y búscala” ¿qué podrían hacer? Ellos obedecían ordenes, entonces los guardias les disparaba. Decían que habían evitado un intento de fuga, entonces lo felicitaban y a veces los recompensaban con algunos días libres.
La vida no era nada. No significaba nada.
Alemanes: Gatos.
Judíos: Ratones.
Yankees: Perros.
Franceses: Ranas.
Polacos: Cerdos.
“Si comías lo que te daban, te alcanzaban para morir más lento”
Empecé mal, esta historia, porque leí primero el segundo volumen y ahora trataré de buscar el primero. Lo que pasa es que en la biblioteca solo estaba este, o eso es lo que creo, buscaré bien la próxima vez a ver si encuentro el primero y encantada lo leeré y reseñaré.
Me encantó, es demasiado bueno y muy frío.