Regina Roman
Muy, muy, muy lejos de la realidad que encontré en estas páginas, fue una historia, una lectura con la que sufrí y se me hizo ultra-mega-hiper pesada que es de esas lecturas que lees y cada página cuesta como si fueran Treinta páginas, pero de esas que no disfrutas nada, pero debido a que me he propuesto no dejar abandonas historias y jamás retomarlas (con esta hubiera pasado eso), pues decidí llevarla con calma para ver si en algún momento lograba entender a la prota, enamorarme de la pluma o que me entretuviera la historia, pero no.
Pocas veces un personaje me ha desesperado tanto como Marta, ok, tiene razón en parte de ser como es, pero era tan bipolar que simplemente nunca la entendí. Sencillamente era un personaje muy inestable que de una escena linda o desgarradora, pasaba a hacer un berrinche cagón como si fuera una cría, o viceversa. Es un feo personaje, amargado, bipolar, inestable, vengativo, envidioso… y más que amor, esto parecía una obsesión, un reto…
Narrada en dos tiempos (con diferencia de 10 años) en primera persona, una espera entender al personaje que tiene poco que perdió a su padre, su madre siempre la ha despreciado y no es con ella como con sus dos hermanas… es una carga económica y emocional para todo mundo en realidad.
Cuando regresa su ex Luca, c reía que la actitud de ella, que es sarcástica, es que él tampoco ayuda mucho a que su actitud cambie y cuando se descubre el motivo del porqué se fue sin decir nada años atrás, es que la lectura se vuelve más tediosa.
Con un lenguaje muy coloquial, corriente, hasta vulgar, marta intenta demostrar esa amargura que carga.
A pesar de que la narración es ligera y carece de pocas descripciones, la lectura es lenta, torpe y eterna.