Laila Aramunt
NOCHEBUENA EN EL GRAND HOTEL, un cuento romántico navideño.
Gisela es recepcionista en el Grand Hotel de Madrid y prefiere trabajar en Nochebuena, con tal de librarse de las tradicionales discusiones de su familia.
Ares es guardia de seguridad en el mismo hotel y, a falta de familia con la que discutir, termina compartiendo con Gisela una foto, una mentira y unas copas de Glühwein, un vino especiado dulce y caliente típico de Alemania.
El vino, las conversaciones por wassap y un poco de perreo improvisado en el majestuoso Hall del Grand Hotel no serán lo único que se caliente entre ellos y la Nochebuena se convertirá en una noche mucho mejor de lo que podrían haber imaginado en un principio.
Para terminar el año y sin haberlo anunciado escribió una historia pequeña, muy acorde para esta época navideña, donde tendremos amor, pasión, humor, familia y más detalles que me han conquistado. Escrito de una manera muy ligera ya que en realidad casi todo es diálogo, en dos voces en primera persona que son Gisela y Ares, por lo que podemos conocerlos de primera mano, sus miedos, sus deseos y algún detalle más.
Gisela es madre soltera de un pequeño, presionada quizá un poco por su familia a que salga, se divierta y se eche mínimo un polvo, ella para no contrariarlos, pues decide contar mentiras azules (de esas que te crees hasta tu), pero se ve en aprietos cuando le piden pruebas de lo que les ha contado, por eso pedirá una relación “exprés” para una selfie (jajaja, si esto suena raro, lo sé), pero al final este pequeño atrevimiento le abrirá unas puertas que jamás imaginó.
Por el otro lado, tenemos a Ares, jefe de seguridad del hotel donde ambos trabajan, es tan inmenso (en el buen sentido) que esa fue una de las razones por las que se fijó en él, un imposible y tomando encuentra quizá hasta la diferencia de edades y otros detallitos, con humor acepta este Gran Hermano a entrarle al jueguito que ella le propone, y estando dentro, se da cuenta de muchas cosas.
Hay un detalle que me gustó mucho en esta historia, que es la dualidad que tenemos sobre la homosexualidad y las relaciones que hay de este tipo, ya que Laila habla de ellas desde dos puntos de vista y la forma en que estas relaciones pueden afectar y no solo a los involucrados sino a los que están a su alrededor.
Como ya mencioné es una historia muy ligera, fresca, romántica y con toques de humor, digamos que aunque ya se conocían los protagonistas, es casi un instalove lo que se da, pero se nota tan natural y que era algo que ambos necesitaban es que no me ha molestado como a veces me sucede con otras historias. tenemos poquitos personajes, lo que hace que sea mucho más ágil la lectura, en serio, yo pensaba leerla en un par de noches un par de horas, ni me duró ese tiempo y lo hice de una sola sentada porque no me pude resistir a saber que sucedía con ellos y su familia.
Aunque sí debo reconocer, a pesar de que conocemos el pasado, un poco del pasado de ambos, es que con Ares al contarnos lo que le sucedió me rompió el corazón y me dejó con ganas de saber más de él, y también de Gisela.
Una historia que en verdad vale la pena y te dejará con un buen sabor de boca. Recomendada sin duda alguna!!!