Desde el primer día de su estancia, Daemon se encarga de que la vida de Katy sea un infierno. Ella no podría haber conocida a alguien más hostil y tremendamente sobreprotector, porque, ¿de qué otra manera se explica el hecho de que no la quiera cerca de Dee? El chico alega que ella no es lo suficientemente buena para ser amiga de su hermana. ¡Al diablo con eso! Katy intenta hacer caso omiso a sus pullas, pues no piensa no ser amiga de la única persona con quién se siente a gusto en el pueblo. Sin embargo, conservar esa actitud serena es difícil - más aun cuando él le pone kitten de apodo - y no tardará en responder de forma voraz usando todo el sarcasrmo posible.
Él sonrió —¿Siguiente pregunta?—¿Por qué eres tan gilipollas?— Las palabras salieron antes de que pudiera pensarlo dos veces —Todo el mundo tiene que sobresalir en algo, ¿verdad? —Bueno, estás haciendo un exelente trabajo
Katy intenta sobrellevar su nueva vida de la mejor manera posible. Pero cuando es atacada de noche y sea justo Daemon quién la rescata sin sufrir lesión alguna, ella empezara a sospechar de que algo no va bien. El hecho de que Dee le oculte cosas y prefiera callar otras no hace más que avivar su curiosidad. Cuando finalmente descubre que los gemelos no son lo que ella pensaba, empezará a pensar si tanta lectura le ha afectado la cabeza. Porque, ¿acaso no suena a novela de ciencia ficción el hecho de que Daemon y Dee no sean humanos, sino de un planeta llamado Lux? Al comienzo se resiste a creer que ambos sean seres hechos de luz capaz de adoptar múltiples formas, pero finalmente termina aceptando que a su lado viven un par de alienígenas que intentan confundirse con los humanos, que no son los únicos que habitan en el pueblo y que son perseguidos por Arum, seres oscuros opuestos a los Luxen, que buscan darles caza a toda costa.
La novela está para flipar, en serio. No solo porque trata un tema poco usado en el género de romántica paranormal (ya hemos visto ángeles, vampiros, hombre-lobo, hasta fantasmas, pero casi nada de extraterrestres) sino por sus bien elaborados protagonistas: Katy no es de las sumisas, de las que se dejan mangonear o las que dan su brazo a torcer: si ella cree en algo, intentará conseguirlo y si alguien le atosiga hasta sacarle de sus casillas, pues entonces tendrá que dar batalla. Daemon, por su parte, puede parecer al comienzo el típico guaperas arrogante que tiene que rescatar a la damisela, pero no es nada de eso. Puede que tenga que salvar a nuestra protagonista unas cuantas veces, pero su humor retorcido y el hecho de que se preocupa por su familia lo aleja de los tópicos.
—¿Donde has estado? - pregunté. Mi voz sonó chillona a mis oídos— Bueno, hola cariño, he estado afuera emborrachándome y con prostitutas. Mis prioridades son bastante importantes.
Me tembló el labio inferior.— Idiota
Pese a que tuve que leerlo con un diccionario de inglés a la mano y que tuve que estar consultando cada tanto diferentes términos, no me ha decepcionado para nada. Todo lo contrario: gracias a la grácil pluma de Jennifer L. Armentrout he disfrutado de varias horas de lectura placentera, riéndome con cada muestra se sarcasmo y deseando más de ambos protagonistas. No soy fan de las trilogías, pero en este caso estoy más que dispuesta a hacerme con los dos libros siguientes en cuanto estén disponibles.
Puntuación