Virginia S. McKenzie
Hannah tenía un futuro prometedor en aquello que más amaba: la danza sobre hielo. Una meta por la que había luchado junto a Nicholas, su mejor amigo y compañero, durante los últimos diez años. Hasta que el error de otro le demostró lo efímeros que pueden ser los sueños.
Mikhail hace mucho que olvidó lo que era disfrutar al salir a la pista. Es más, tras la lesión que lo obligó a retirarse del patinaje artístico, creyó que nunca tendría ocasión de recordarlo. Sin embargo, el destino parece dispuesto a darle la oportunidad de volver a competir y, sobre todo, de cumplir una promesa grabada con tinta en su cuerpo. Claro que para ello tendrá que convencer a Hannah de que juntos pueden lograr grandes cosas.
Para ambos, luchar por un nuevo comienzo significará tener que hacer frente a sus heridas emocionales, porque solo si son capaces de curarlas encontrarán la manera de vivir y amar sin fronteras.
Narrada en tres voces: Hanna, Misha y Nick, tres personajes unidos por la pista de hielo y con un gran número de esqueletos en sus respectivos closets que de alguna manera los va atormentando y vemos la superación de los tres (cada uno por su cuenta), para poder reconciliarse con la vida y con ellos mismos.
Ha sido una historia que no fue nada de lo que me esperaba la verdad, ya que creí que sería algo más de romance juvenil con su toque de drama, la trama en sí, es muy sencilla, sin grandes complicaciones por decirlo de alguna manera, pero como ya lo mencione, viene con una gran carga sentimental que los tres (quizá más personajes si tomamos en cuenta algunos secundarios) se logran meter bajo la piel en distintas formas.
Vemos un crecimiento en los tres que hace que la historia no se estanque en ningún momento y la pluma de la autora es muy buena, debido a que logra meternos de lleno a ese mundo mágico e increíble (quién no ha soñado con patinar sobre hielo???) y no los cuenta de una manera que logramos ver sin problemas lo fuerte y complicado que es ese mundo, pero a la vez nos enseña esa pasión por esa disciplina, pero sobre todo, nos enseña que las personas que lo practican sufren como cualquiera, que no todo es miel sobre hojuelas y estar dentro o no, no los hace invencibles… muy reales sus personajes, que me han hecho pasar de derramar casi una lágrima a soltar alguna sonrisa en varios momentos… pero sobre todo, me demostraron que en tan solo un segundo puede cambiar la vida, que tan solo en un segundo puede contener una vida… una esperanza, un sueño o la fuerza para continuar.
Tenemos una gran cantidad de guiños a grupos, series, pelis que hacen más palpable y sensible la historia, porque de alguna manera la sentimos más real en todos los aspectos.
El romance que vemos, no es de mis favoritos, incluso realmente no me emocionó, digo, me gustó verlos juntos y como se iba dando poco a poco el amor, pero sin duda las interacciones de ambos personajes, eran un lujo leerlas.
Hanna sinceramente ha sido el personaje que menos me ha gustado porque lo sentía un poco inestable, tenía fuerza, pero se apend… un poco cuando babeaba por su chico (quizá a mi me hubiera pasado jajaja); Nick me ha gustado, porque a pesar de toda esa ira que sentía a la vida, poco a poco va saliendo adelante y logra abrirse, aceptar y cambiar, una delicia ver su crecimiento; y bueno Misha, omg, creo que de los tres, es quien peor la había pasado y es difícil creerlo debido a su carácter, pero una vez que lo vamos descubriendo, solo me ha hecho adorarlo y amarlo más que solo su lado bueno que nos demostraba a cada momento.