Noah y su hermana gemela Jude son inseparables. El solitario Noah dibuja sin parar, y se ha enamorado en secreto de su enigmático vecino. La atrevida Jude salta desde altísimos acantilados, lleva pintalabios rojo y habla por los codos. Pero, con 16 años, los hermanos ya no se hablan. Algo les ha ocurrido. Algo ha pasado entre ellos que los ha removido de forma diferentes... Hasta que Jude conoce a alguien, un atractivo y frágil chico, y a una nueva fuerza en su vida todavía más impredecible y ligada a su pasado de forma inevitable. Los primeros años de esta historia los cuenta Noah; los últimos, Jude. Lo que ninguno comprende es que solo conocen la mitad de la historia y que, si pudieran compartirla, tendrían una oportunidad real de regalarse el mundo de nuevo.
Cuando supe que la editorial iba a publicar este libro, de alguna forma u otra, supe que tenía que leerlo. Un libro que sale un poco de los esquemas a los que nos tiene acostumbrados la literatura juvenil, centrando su historia en el amor, pero no precisamente romántico, sino el amor entre dos hermanos, mellizos, que están unidos en su infancia pero que, por un trágico hecho en sus vidas, comienzan a tomar caminos diferentes y se olvidan de su única y especial conexión. Un libro único que no me ha regalado el mundo, pero si buenos momentos de risas, emoción y mucho amor.
Como ya he comentado, la historia se centra en los hermanos mellizos Noah y Jude, dos chicos tan distintos tanto física como mentalmente pero que se quieren como a nada más en el mundo. Noah descubre a sus trece años que le gustan más los chicos y Jude comienza a frecuentar a las chicas populares de su pueblo, haciendo cada vez más grande el abismo que lo separa de su único y raro hermano. Cuando un trágico hecho golpea sus vidas, ambos pierden el norte y sus personalidades cambian por completo. El bicho raro es ahora Jude y Noah, ese chico extravagante, raro y con un don excepcional para la pintura, pasa a ser el chico normal de la familia, renunciando a sus sueños. Pero lo que ambos ignoran, es que la vida termina poniendo cada cosa en su lugar y que del pasado, quieras o no, no puedes huir.
Es curiosa la forma en que está narrado este libro, ya que Noah cuenta la historia de ambos hermanos cuando tienen trece años y Jude la cuenta cuando cumplen los dieciséis. Me ha gustado esta forma de intercalar la historia, ya que no solo tenemos el punto de vista de uno, sino de ambos, y sabemos como se van sintiendo a lo largo de la historia; vemos a través de sus ojos como van cambiando y como sus ideales, sus sueños y sus miedos, van transformándose a medida que van creciendo y van sufriendo golpes. Al estar narrado en primera persona, esto se nota aún más, ya que son ellos mismos los que van adentrándonos en la historia y los que nos cuentan todo lo que pasa por sus mentes.
El libro no solo trata de dos hermanos que deben volver a encontrarse por el camino, sino de la búsqueda interior de cada uno, de como van rompiendo las corazas que se crearon a raíz de cierto hecho y como, a medida que todo sale a la luz y se descubre la verdad, van recuperando sus verdaderas identidades, despojándose de sus disfraces y siendo ellos mismos. Es conmovedor como se protegen el uno al otro, pero al mismo tiempo, ver como se destruyen mutuamente, como los celos, la envidia y falta de comunicación, van haciendo mella en una relación tan perfecta y la va destruyendo. Me dio mucha pena cuando se narraban estas partes, porque se ve a lo largo de la historia como se quieren con locura, pero sus miedos los ciegan y cometen errores que perjudican al otro.
No voy decir exactamente qué es lo que pasa, pero ese momento trágico que sufren ambos es la pieza clave para toda la historia que se desarrolla después, cuando la narra Jude, ya que ahí es cuando ambos vuelven a encontrarse y a ser los que eran. Aunque, si debo decantarme por alguno de los dos, debo decir que mi debilidad fue Noah. Es un chico tan único, tan original, tan raro, que me dio mucha pena cuando fui leyendo cómo cambia todo en él y se vuelve lo que siempre temía: una persona completamente normal, con sueños normales, con una visión del mundo plana y sin color. Tiene ideas geniales a lo largo del libro que va plasmando en él, sobre todo cuando se muda su nuevo vecino, Brian, quien hará mucho más que ofrecerle su amistad. Jude me gustó más cuando ella cuenta la historia, ya que se convierte en una chica extravagante, con ideas muy raras y que recuerdan al antiguo Noah. Se vuelve el pilar de la familia, pero al mismo tiempo se aleja de todos, creándose su propio mundo para no salir lastimada. También ella encontrará a alguien en su vida que la hará replantearse muchos de los actos que cometió en el pasado y hará que la antigua personalidad fuerte y arrolladora de Jude salga a flote.
[...]Debería existir un cuerno, un gong o algo así para despertar a Dios. Porque me gustaría decirle unas cuantas cosas. Tres palabras, en realidad: ¿PERO QUÉ COÑO?
Se tratan varios temas a lo largo de la historia, pero algunos me gustaron más que otros. Destaco el de Noah y su miedo a reconocer ante el resto del mundo su homosexualidad. Él la asume sin problemas. Sabe que le gustan más los chicos y que disfruta dibujándolos, sobre todo cuando Brian entra en su vida, pero no es capaz de confesar a los demás todo lo que buye en su interior, lo que consigue crear conflictos y situaciones confusas con los que están a su alrededor, siendo Noah el único perjudicado. Hubo partes que me dieron mucha pena y que consiguieron ponerme el nudo en la garganta, ya que sientes verdadera impotencia al ver como todo se le va derrumbando y como termina encerrándose en si mismo para que no le hagan daño. El tema de Jude también me gustó y me pareció un fiel reflejo de como son los adolescentes hoy día. Se vuelve una chica algo superficial, fría y vengativa, que no duda en hacerle daño a su hermano a sabiendas de lo que hace. Su actitud con los chicos cambia por completo y todo gira en torno a cómo debe comportarse, hablar o vestirse para impresionarlos, sin darse cuenta de que se transforma en una más, sin nada en especial.
El final es algo que más o menos vas imaginando a medida que pasan los capítulos, pero es de esos que sabes que se merecen la historia, porque no te imaginas otro que le venga mejor al libro. Me encantó, fue genial leer como las piezas iban encajando unas con otros y como todo terminaba poniéndose en su lugar, otorgando a cada uno de sus personajes el final que se merecían. La forma de narrar de la autora me ha gustado bastante, sobre todo en las partes en que hablaba Noah, ya que más de una vez ha conseguido sacarme una carcajada. Un estilo tan fresco, cercano y desenfadado que te mete de lleno en la historia, consiguiendo ponerte en la piel de los personajes. Pero la nota que le otorgo es por algo y si que hay un pero. Hubo algunos personajes de los que me hubiese gustado conocer más y que no se quedase todo de forma tan superficial. Es cierto que la historia está hecha para que conozcamos sobre todo a los mellizos, pero hay personajes clave de los que apenas de sabe nada y de los que me hubiese gustado conocer más.
"Te daría el mundo" es un libro juvenil que se sale de los esquemas de amor a los que estamos acostumbrados, dando una historia única y fresca. Dos hermanos que se pierden por el camino y que luchan por volver a encontrase, Tierna, divertida y emotiva. Porque no solo existe el amor romántico, sino el amor entre la familia y es bonito leer cobre él, cobre todo cuando los personajes son tan únicos y originales.
Y vosotros, ¿lo habéis leído?, ¿os llama la atención?
Gracias a Alfaguara por el envío del ejemplar.