Freya Asgard
Chilpilla, la gran hechicera, fue traicionada por su propia gente y, durante el Juicio a los Brujos en 1880, obligada a abandonar su tierra.
Después de vagar por el mundo por más de cien años, buscando aprender, volvió a la isla para vengarse de todos los que la traicionaron.
Solo un brujo tiene el poder de detenerla y destruirla, ¿logrará hacerlo antes que en la isla reine el terror como en 1880?
Una novela donde se mezcla la historia y las leyendas.
El Caleuche, brujos, fantasmas y demonios se darán cita en este libro donde buenos y malos se confunden y nada es lo que parece.
Sumergirme a ciegas en una historia donde datos reales son combinados a la ficción, quizá me ha cortado un poco al no conocer con anterioridad esos datos, y que por lo mismo los nombres me costaron un poco de trabajo acostumbrarme a ellos o algún término (que entre paréntesis lo explicaba).
La novela está dividida en cuatro partes, y de esta manera vamos recorriendo algunos siglos en la historia, de cómo comenzó todo, de cuando salió de la isla y regresó… conocemos a varios personajes y diferentes situaciones… narrada en tres voces, es que la historia tiene un buen ritmo que en ningún momento decae y es casi imposible detener la lectura.
Es cierto, tuve algunos problemas para acostumbrarme a los cambios de escenarios, ya que para ser sinceros son muy abruptos o yo así los vi y es casi casi, como leer una historia diferente, pero que va ligado a lo que ya hemos leído.
Una de las cosas que más me ha gustado, es la naturalidad con que nos habla del bien y del mal, que es casi imposible dibujar o poner los límites de donde termina uno y comienza el otro, quedando difusos de cierta manera, y aquí en parte radica que Chilpilla terminará haciendo algunas cosas que no vio malas por diferentes razones, y dando así entender que esto es más del plan terrenal donde se da la maldad, el querer aprovecharse y sacar beneficios, y partiendo de esto, es que cuando podemos conocer al Diablo o Junier y lo que llegan a hacer estos dos, no vemos lo que deberíamos ver (jajaja), es que es imposible amarlos u odiarlos al mismo tiempo por lo que hacen y de lo que son capaces de hacer por amor u otro sentimiento… vamos que les gusta hacer muuuchas cosas.… y bueno, es que es difícil odiarlos, son un total amor (jajaja), aparte que la relación que tienen con Chilpilla o Paulina, es omg, omg.
Tenemos en la trama; rivalidades, secretos, intrigas, venganzas, amor, deslealtades, celos, mucha magia, venganzas, suspenso y un gran abanico de personajes y razas que van desde magos tanto buenos como malos, humanos, demonios y hasta un toque de divinidad vemos por ahí.
Chilpilla es una bruja, y está dispuesta a todo por el bienestar de su pueblo, eso siempre fue su propósito, pero para poder conseguir que todo sus esfuerzos sean recompensados, terminará haciendo alianzas para hacerse más fuerte, y estas conseguirán tal vez el efecto contrario y sus enemigos crecerán por todas partes, unos a los que querrá detener a toda costa, pero…
Me parece curioso, y quizá esto debido a la pluma de Freya, una a la que siempre he asociado con cierta calidez e inocencia al narrar sus historias, que una novela, una trama que tiene como base algo que podría ser atroz, destructivo para la humanidad o razas, terminamos viéndolo como algo muy normal, natural y sin esa maldad implícita en ciertos hechos, aclaro, yo no hablo de amor o relaciones tóxicas, hablo en este caso de la sed de poder, de querer ser el mejor brujo con los mejores poderes y que no sientan remordimiento alguno de lo que son capaces de hacer para conseguirlo… se lee tan natural, que ni siquiera cuestionamos de porque lo aceptamos y no podemos odiar a algún personaje… jajaja, quizá solo son ideas mías, pero así lo veo yo.