Maricela Gutiérrez
La vida de Harmony Reed era normal y sencilla, sin sobresaltos. Su mayor aventura era pasear en su vieja bicicleta mientras veía girar una noria, fantaseando con alguna vez encontrar el amor en ella. Entonces, las circunstancias —al igual que una ruleta incontrolable, que da vueltas y vueltas y se detiene en un punto al azar— la llevaron a conocer a Joshua Henderson, un hombre tranquilo, como la calma que queda tras el paso de una tormenta. No obstante, en el destino nada está escrito, y también había un polo opuesto, Nathan Henderson, que era la propia tormenta que lo revuelve todo a su paso. Dos hombres iguales y diferentes al mismo tiempo, como si de algún modo la noche y el día se fundieran en un eterno amanecer.
Harmony comprendió que no existe luz sin noche, ni tempestad sin sol. Aprendió que el corazón oculta misterios que a veces tarda en revelar, y que nada nunca nos preparará para saber a quién y cómo debemos amar.
Sentí que la novela comenzó un poco lenta y no terminaba de engancharme, sumándole otras cosas es que mis lecturas han sido lentas en estos días, pues total, me preocupaba no terminar la lectura a tiempo, así que un día decidí dedicarme exclusivamente a leerlo y omg, omg, omg, es que fue una lectura interesante, muy, muy diferente a lo usual, a lo común hablando de amores, creo que la altura fie valiente atreverse a contar esta historia y hacerlo sin ningún morbo, porque en realidad lo maneja tan naturalmente que uno llega el momento en que lo ve así, pero me parece que sí hay que ir con la mente abierta para entender esta dinámica que nos presenta, porque si es medio freak, linda, de esas que te hace enamorarte de sus protas masculinos, que una como lectora se conforma con solo uno, y tenemos dos, así que es de esas lecturas que terminan atrapándote en algún momento, aunque Harmony, nuestra chica me exasperaba en varios momentos, pero teniendo a Nate y Josh, se me olvidaba ella (jajaja).
Creo que Harmony aprendió que el amor no es igual para todos y que sí se puede amar a dos al mismo tiempo, complementándose totalmente, y aunque parece que a esta chica no le costó trabajo aceptarlo, lo mismo sucedió con ellos… es como lo dije, está narrado con tal naturalidad que se ve la situación como muy normalita (aunque no lo sea), pero aquí no todo es miel sobre hojuelas y todo de color rosa, nooooo, tenemos a ese ser (Espectro) que es el malo de malolandía que está aquí para joderlos un poco y complicarles la existencia a este trío, y cuando al final (nunca lo sospeché), descubrí quién era es que me sorprendió quien era y porqué y por quién estaba ahí, sinceramente yo tenía otras hipótesis, algunas más locas que otras, por lo que me sorprendió bastante y gratamente poder ponerle el puntito a la “i” y descubrir todo.
Otra de las cosas que me agradó bastante es la unión, amor, hermandad, compañerismo y lo que esto conlleva, que son sacrificios, pensar en el otro, desprendimiento y valoración de lo que se tiene, logré ver ese amor en diversas maneras y demostradas de igual manera en diferentes formas.
En realidad me parece es una historia muy sencilla, pero con algunos giros y sorpresas que te meten de lleno en la trama, los personajes están muy bien perfilados y las descripciones son las justas y perfectas para imaginar lo que estamos leyendo… así que como podrán imaginarse, la pluma de la autora es sencilla, ligera, entretenida, amena, muy fluida, que en realidad la lectura se realiza muy rápido y al final a pesar de ser extraño (jajaja lo siento, ya dije esto varias veces), sí te deja una sonrisa tonta en los labios y porque negarlo, algún suspiro he soltado.
Con un corte muy juvenil la trama y aunque tenemos por ahí alguna escena “fuertecita”, la verdad es que es muy light en este aspecto y se enfoca más en los sentimientos y emociones que se van despertando tanto en los personajes como en los lectores.
Entretenida, diferente, rara, ligera, con varios matices que hacen rica la historia, es una buena historia y créanme, será difícil que olvides el amor que encontrarás aquí.