Hilda Rojas Correa
Andrew Witney, antes de ser el vizconde Rothbury, era veterano de las guerras napoleónicas y tenía la vida de un hombre común. Nada hacía presagiar que obtendría su título gracias a una tragedia familiar, y junto con ello, hacerse cargo de un sinfín de responsabilidades propias de su posición, para las cuales nunca estuvo preparado, entre ellas, engendrar un heredero.
Eso es lo más complicado, no porque no quiera, sino porque nadie es capaz de mirarle a la cara sin hacer una mueca de repulsión. Su fealdad y cojera le dan el triste apodo de «adefesio de Rothbury».
En las aguas heladas de un lago comienza la verdadera historia. Un encuentro fortuito desencadenará la unión de sus vidas de manera dulce y natural. Pero para el resto de la sociedad, ese amor que nace entre ellos solo podrá ser catalogado de una manera: como una total y absoluta relación inapropiada.
Yo sé que no son abundantes las escenas, incluso tal vez al ser tan abiertas, que parece una escena típica de esta época y no hablando de 1800, quizá por eso es el mayor (y quizá único) pero que lo pongo, supongo que como en todo, hay personas que nadan contracorriente y son diferentes conforme su época, y aunque tenemos una gran investigación de la autora para poder ambientarnos en la época y lugares utilizados (o por lo menos a mi me dio esa impresión), es que siento que por momentos estaba leyendo una novela contemporánea… el sexo me ha chocado un poco al ser tan abierto (es explícito moderadamente, no hay tanto abuso), pero simplemente estas escenas eróticas ni de broma me suenan que se desarrollan en aquellos años, no sé, como que los veo muy desenvueltos en la acción, tal vez es parte del sello de la autora, pero a mi no me termina de entrar eso… ok, entiendo que al final es ficción y que se “pueden” dar permiso los autores de hacer ciertas libertades a la hora de escribir, sencillamente a mi me parece que sale un poco de escenario esto, lo sé, probablemente es fijación mía y que o-d-i-o a estas alturas el sexio en las historias que leo y normalmente les encuentro un gran pero, sé que estos es a gusto de cada quien.
Y pensándolo un poco más, otro pero que le pondría, aunque es a medias, es el casi instalove que hay entre los protas, me hubiera gustado más cortejo, ver más esos acercamientos propios de la época, algo así como en Orgullo y Prejuicio, y más que ella es un personaje demasiado fuerte, temperamental, decidida, y bueno, él tampoco se queda muy atrás tampoco, a pesar de sus problemas “físicos” no es eso ser grotesco (en todos los sentidos), hosco y machista que podría ser (tomando de nuevo en cuenta en la época en que se desarrolla la historia), que sin duda esto es uno de los puntos más fuertes y favorecedores que tenemos aquí, son personajes que brillan y resaltan muchísimo al ser “diferentes” a lo que estamos acostumbrados, por lo que se agradece al atrevimiento de Hilda de hacer personajes tan bien perfilados y con estos caracter, quizá por eso no em gusto que se enamoraran casi de inmediato y no em dejo verlos debatirse… lucirse como deberían ganándose el corazón del otro y del lector.
Viendo la portada y la sinopsis creí que me encontraría con una novela completamente rosa, romántica de esas que casi puedes vomitar arcoiris de lo empalagosa que podría resultar, pero aunque tiene su importancia en la trama, le da tregua a esto para combinarlo con algo de suspense, de acción y no solo encontramos una historia de amor, celos, venganzas, tenemos abuso de poder, manipulación, mentiras que le dan un bonus a la trama al tener un hilo argumental que va hacia un crimen (y no estoy hablando específicamente de muerte), más bien de ser deshonestos, aprovecharse de situaciones… de ambiciones, esa es la palabra, ver hasta dónde son capaces algunos por la ambición de tener algo que no les corresponde y hacer de todo para conseguir eso que quieren.
Otro de los puntos fuertes que podemos encontrar es que los personajes secundarios terminan siendo igual de importantes en la historia que los protagonistas y ellos mismos nos van dando otros hilos en la historia para hacerla aún más rica. Incluso a pesar del final (el cual me ha gustado, sorprendido y que queda “cerrado”), nos deja en la espera de otra historia por ahí, que suena más que interesante -desconozco si la desarrollará-, pero por lo menos con Andrew y Olivia queda todo por terminado (por lo menos lo que aparece en esta novela), pero pueden pasar cosas en el futuro.
La pluma de la autora tiene esa elegancia, fluidez, que a la vez es sencilla, y aunque puse peros con los escenas fuertes, me parece adecuada la narración para meternos de lleno en la época, con las descripciones perfectas para poder llevarnos a un viaje al pasado y personajes tanto principales como secundarios, tiene todo lo necesario para ser una novela que logra enganchar desde el principio hasta el final… pero, por alguna extraña razón, comencé devorando la novela y a la mitad, es que no lograba avanzar con la velocidad que me hubiera gustado y me estanqué un poco, tampoco me malinterpreten, es muy buena la historia y favorecedora la pluma de la autora, que ayuda a que se realice una lectura amena, pero quizá en este aspecto el sexo si me molestó más de lo que esperaba y fue frenando un poco el ritmo que tenía al inicio, pero en general es una lectura que disfruté mayormente.