Gracias por recomendar
Durante la presentaciòn se hablò de muchas cosas: què define una demencia, què caracterìsticas comparten algunas de ellas, criterios diagnòsticos, etc. Especialmente llamativo resultò para mì la parte del diagnòstico. Si me conocèis, probablemente os sorprenda, pero en relaciòn a este tema se introdujo un concepto del que habìa oìdo hablar de pasada, y que explicado allì, me llamo mucho la atenciòn: la reserva cognitiva.
Uno de los descubrimientos que màs intrigò (y todavìa lo hace) a los fisiopatòlogos que estudiaban la Enfermedad de Alzheimer (EA) hace años, fue que en exàmenes postmortem, un porcentaje de los pacientes control (sin dèficit cognitivo) presentaban un nivel de deterioro cerebral similar a los pacientes con EA. Eso condujo a la idea de que estas personas, a pesar de tener Alzheimer*, debìan tener tambièn algún tipo de reserva que les permitiera escapar de desarrollar los sìntomas.
Hoy se sabe que màs del 30% de las personas que fallecen sin demencia tienen en su cerebro lesiones iguales a las que se ven en pacientes con EA. Esto arroja sobre la mesa la propuesta de un tipo de Alzheimer asintomàtico, caracterizado por deterioro estructural pero no funcional. Similar a lo que ocurre en algunos pacientes con VIH, portadores del virus pero que no llegan a desarrollar el SIDA, bajo esta forma de EA se desarrollan las lesiones caracterìsticas en el cerebro, pero no el trastorno cognitivo asociado.
No obstante, a pesar de lo que queda por conocer de este fenòmeno, la investigaciòn sì ha sacado a la luz algunos factores que intervienen en èl.
Ejercitar el cerebro, la mejor opciòn...
Muchos estudios longitudinales han proporcionado informaciòn sobre el ambiente y el estilo de vida de estas personas. Asì pues, no sòlo tiene que ver con un punto de partida diferente para cada persona como resultado de los genes y el desarrollo cerebral, sino que da pie a modificaciones mediante la experiencia. En general, la habilidad del cerebro para tolerar mejor los efectos de la patologìa asociada a la demencia, puede ser el resultado de una capacidad innata o de los efectos de las experiencias vividas. Siguiendo esta lìnea, la reserva cognitiva se considera como un mecanismo activo.
Una cosa que parece clara es que la reserva cognitiva se relaciona directamente con el nivel de educaciòn. La reserva cognitiva plantea que ciertas variables como el logro educativo y ocupacional proporcionan un factor protector contra la expresiòn clìnica de la demencia, pero no contra la patologìa que subyace a la enfermedad. Màs concretamente, parece que la cantidad de años de educaciòn que alberga una persona correlaciona negativamente con el ritmo del deterioro. Otro factor que parece contribuir al retraso de los sìntomas es la calidad de las redes sociales del paciente, entendida como el nùmero de personas con las que este se relaciona de forma habitual. Se ha sugerido que la calidad de este tipo de comunicaciòn retrasa la apariciòn de los sìntomas.
Una de las posibilidades que se ha sugerido para explicar estos efectos es que la reserva cognitiva permite y actùa mediante mecanismos de compensaciòn. De esta forma, los individuos con una mayor educaciòn, un mayor nivel ocupacional o una mayor inteligencia premòrbida, compensarìan con mayor èxito la patologìa de la enfermedad por recurrir a estructuras, redes y conexiones neuronales que no se estàn sujetas a una demanda excesiva en sujetos sanos.
Me parece algo fascinante.
* Se puede diagnosticar Alzheimer despuès de morir a personas sin síntomas cognitivos ya que el ùnico diagnòstico 100% confirmatorio y efectivo es el examen postmortem.
Texto ìntegro extraìdo de: http://dameunsilbidito.wordpress.com/2011/11/25/reserva-cognitiva/