La fotografía que encabeza este post es de 1996. El Partido Popular acababa de ganar las elecciones generales por apenas 300.000 votos. El señor de la izquierda es José María Aznar, caudillito del PP y aspirante entonces a la presidencia del Gobierno español. A su derecha, Xavier Trías, dirigente de la derecha nacionalista catalana, CiU, y en aquellos años portavoz de esta en el Parlamento español. Gracias a los votos de CiU, Aznar fue elegido presidente y pudo sumir a España en ocho años de neoliberalismo salvaje, especulación financiera e inmobiliaria sin freno, y corrupción generalizada allá donde llegaban los tentáculos de su partido y de las Administraciones gobernadas por éste.
Ahora el PP pretende hacerse con la mayoría de comunidades autónomas y ayuntamientos en toda España, y tiene muchas posibilidades de lograrlo sino se produce mañana una fuerte movilización en contra. Hay que pararlos.
Tampoco los de Trias son unos angelitos precisamente. Los 25 años de CiU gobernando la Generalitat de Catalunya dejaron asimismo una larga estela de arrogancia, autoritarismo y corrupción. Los casos Casinos de Catalunya, Loterías catalanas, Prenafeta, 3% de comisión sobre la obra pública catalana, Palau de la Música, y tantos otros muestran un estilo en nada disímil al propio del PP; quizá por eso se entienden tan bien. Neoliberales salvajes como son, los de CiU apenas han retornado al Gobierno catalán han comenzado a dinamitar los servicios públicos, singularmente la sanidad y la enseñanza, con el objetivo claro de beneficiar a sus patrocinadores, los sectores de la burguesía catalana más extremadamente ricos y reaccionarios. Hay que pararlos ya.
Solo las candidaturas de izquierdas son verdaderamente útiles para frenar a esta "turba infame y mentirosa", como les llamó el cineasta José Luis Cuerda en las generales de 2008. Barcelona no puede caer en manos de una alianza formada por los partidos patrocinados por la red de corrupción Gürtel y por los saqueadores de los fondos del Palau de la Música Catalana. Es nuestra responsabilidad como votantes de izquierdas desde los más reformistas hasta los revolucionarios más radicales, y también de todos aquellos que se consideren simplemente como personas honestas y demócratas. Esta ciudad es un símbolo, y no puede convertirse en trofeo de esa banda de politicastros sin escrúpulos y de los intereses económicos espúreos de los que son vicarios.
Las candidaturas del PSC y de IC en Catalunya y en España las del PSOE y de IU, son las únicas que pueden evitar que el lunes nos levantemos con un país sometido a la hegemonía asfixiante de la derecha extrema/extrema derecha española. ¡Resistir es vencer!.