Tras todo esto el cuerpo se empieza a resentir y desechamos pedir postre, que realmente tienen unos postres de los que se podría alimentar uno sin necesidad de otros platos, pero no era el momento. Por cortesía de la casa te suelen traer una teja para dejar en el paladar un toque dulce para que recuerdes el camino y vuelvas cuanto antes.
Toda la comida estuvo acompañada con un verdejo frío que maridaba de maravilla con todo lo que nos hicieron degustar.
Sobre el precio, lo bueno se paga y tanto los manjares como el servicio, por cierto cuenta también con servicio aparcacoches, es tan bueno que no resulta caro pagar lo que te piden. Es de esos sitios donde pagas la factura con una sonrisa y el estómago lleno. Una comida más o menos normal como la que tuvimos sale por unos 55 euros por persona.
En resumen, un gran lugar para llevar a la persona que quieres o hacer una comida de negocios y deslumbrarlos con tus virtudes porque los encantos de su cocina te ayudarán a conquistar a una pareja o cerrar el negocio del siglo.