El lugar en que se sitúan las mesas es practicamente debajo de la cascada (imag02), y lo mejor de todo es la comida. No sólo no decepcionó sino que hizo nuestras delicias la cocina casera que hacen con platos espectacularmente presentados (imag03) como esta escalibada.
La carta es más extensa pero en nuestra visita, y mientras disfrutábamos de la tranquilidad del salto del agua y el sonido de naturaleza, fue más que suficiente puesto que las raciones son generosas.