Habrá que ver en Japón, en una semana, si el bajón de los Mercedes en Singapur se constata y hay Mundial, pero en principio no debería volver a repetirse hasta Abu Dabi. En todo caso, la carrera nocturna de hoy fue un oasis en el monólogo plateado, más por la novedad del podio, que por el espectáculo, que brilló por su ausencia. Seb dominó de principio a fin y Ricciardo y Raikkonen estuvieron las dos horas a su espalda hasta la bandera a cuadros.
Un accidente de Massa con Hulkenberg, al principio, y un espontáneo en la pista a mitad de carrera fueron las noticias sobre el asfalto de las 40 primera vueltas. Sin duda, lo mejor de la carrera estuvo en la exhibición de los Toro Rosso cuando faltaban 15 giros para el final. Después del segundo coche de seguridad, Max Verstappen y Carlos Sainz coincidieron con los neumáticos superblandos calzados y uno detrás del otro adelantaron a cuatro coches en pista, los dos Sauber y los dos Lotus.
Especialmente apurado fue el último de Carlos sobre Grosjean, que tuvo que salirse en la primera curva para evitar el impacto. Sainz se graduó en pasadas de alto riesgo, desde luego. La emoción regresó a una carrera que hasta ese momento era soporífera.
La pena fue la primera parada de Sainz, en la que tuvo que dejar pasar a tres coches que circulaban por el pit en ese momento. Eso cortó su progresión. Luego, el segundo coche de seguridad impulsó a Verstappen, ya que acababa de hacer su parada. Buena suerte después de la mala del inicio.
Max, que se había quedado clavado en la salida y remontó desde el último puesto, le enjugó luego cinco segundos en apenas dos vueltas a Checo Pérez, que marchaba séptimo y siguió en su festival particular. Carlos no perdía ripio y también los alcanzaba. Al final, ambos acabaron por detrás del mexicano, que dio gracias por ver la bandera a cuadros.
Fernando Alonso tuvo que abandonar a mitad de carrera, cosa que hizo Button a falta de siete vueltas para el final. Penoso el rendimiento en el calor de los McLaren, cuando esperaban entrar en los puntos. Rozaron esas posiciones media carrera, pero su mecánica no aguanta condiciones rigurosas como las de Singapur. En una semana, en Suzuka, los de Honda pueden vivir sus horas más amargas.