Aunque recomendé este libro (La chica del tren de Paula Hawkins) en mi lista de lectura para este verano, tengo que admitir que me parece una historia bastante odiosa. Creo que es por eso que lo comparan con Perdida de Gillian Flynn (libro que no he leído), me refiero a que es imposible no odiar a todos y cada uno de los personajes que aparecen en este libro.
Normalmente no hago esto, pero voy a copiar la sinopsis antes de continuar: Rachel toma siempre el tren de las 8.04 h. Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas… y la misma parada en la señal roja. Son solo unos segundos, pero le permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero es suficiente. ¿Y si Jess y Jason no son tan felices como ella cree? ¿Y si nada es lo que parece?
Creo que mientras más lo pienso, menos estoy segura de lo que opino de La chica del tren. Es posible que te enganches muy rápido solo por la necesidad de saber que va a pasar, y con esto no solo me refiero a descubrir el gran misterio de la historia, que como lees en la sinopsis se trata de algo que pasa con Jess y Jason. Para mi, además de eso, era la necesidad de saber que iba a pasar con los personajes, ¿iban a dejar de ser tan malos como eran?
Verás, la protagonista es una borracha que lo único que hace es lamentarse por su vida mientras bebe. El resto de personajes no es mucho mejor, pero eso lo irás descubriendo con el paso de capítulos, estos se irán dividiendo para contar la historia desde varios puntos de vista, lo que por un lado lo hace más interesante, pero por otro lado te hace darte cuenta de que nadie, pero absolutamente nadie de este libro es una buena persona.
Después de leer todo esto pensarás, ¿por qué rayos lo he recomendado? Pues porque engancha. Engancha muchísimo. Normalmente no tardo menos de dos semanas en leer un libro porque suelo dedicarles solo los minutos que paso en el metro, pero este me tenía tan nerviosa por lo que vendría, que me pasaba las tardes leyendo en casa, antes de dormir o incluso mientras cocinaba. Puede que averiguar quien es el malo, malísimo de la historia sea algo que descubras a mitad de libro, pero lo que a mi más me intrigaba, era saber si dejarían de ser lo que eran. Especialmente Rachel. Me molestaba muchísimo el motivo por el que empezó a beber y más aún en lo que se había convertido su vida.
Hablando como mujer, me decepcionó muchísimo lo que ella permitió y esperaba llegar al final para ver si eso cambiaba.
Sin duda, La chica del tren es un libro que te gustará u odiarás, creo que no hay termino medio. Con todo lo que escribí, no tengo idea de si estoy animando o no a leerlo, pero quería ser totalmente honesta.
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